Esta es la institución que hará que nadie pase hambre en la cuarentena
"Alimento para Todos" redobla sus esfuerzos para paliar el hambre de miles de desempleados, enfermos, indigentes o madres desamparadas a causa de la crisis.
En tan solo unas semanas, el número de solicitudes de ayuda que ha recibido el banco de alimentos de Cáritas Arquidiócesis de México “Alimento para Todos”, se incrementó en un 40%; sin embargo, este indicador, lejos de atemorizar a la institución por lo que pudiera ocurrir en los próximos meses, su Director General, a nombre de todos los que trabajan en ella, levanta la mano para decir: “aquí estamos”.
Bernardo Landeros, quien lleva las riendas de “Alimento para Todos”, es consciente de que vienen tiempos difíciles, pero la experiencia de la institución le da confianza: “somos un canal bien organizado, no improvisado, y lo que queremos es que los donantes sepan que somos una opción importante para canalizar sus productos, y que estos lleguen a quien tienen que llegar, y no se pierdan en el camino”.
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Desde hace 25 años, “Alimento para Todos” ha sido el vínculo entre empresas donantes y personas en situación de pobreza. Hasta antes de la emergencia sanitaria por el coronavirus, este banco de alimentos ayudaba a unas 60 mil personas semanalmente; hoy en día, hace llegar alimento a unas cien mil; es decir, el equivalente a las personas que llenarían el Estado Azteca.
¿Cómo funciona un banco de alimentos?
Debido a que cada año en México 20.4 millones de toneladas de comida son desperdiciadas, el banco de alimentos de Cáritas Arquidiócesis de México se encarga de recuperar excedentes alimentarios o productos que, por alguna razón, no se logran comercializar en tiendas de autoservicio, centrales de abastos y otras empresas. Los recoge y los traslada a sus almacenes y, una vez clasificados y empaquetados, los entrega a grupos beneficios que atienden a población en pobreza.
La crisis sanitaria por el coronavirus ha puesto a prueba a esta institución, pues ha tenido que redoblar esfuerzos para recuperar más alimento; hacer un mayor movimiento logístico para entregar los productos y cuidar que éstos lleguen a quienes deben llegar.
En “Alimento para Todos” –explica Landeros– trabajan 80 personas, la mayoría son choferes que se dedican a pasar por los donativos, pues la institución ofrece a los donantes recoger el producto en el momento y lugar donde ellos indiquen. No se ha querido contratar a más personas para no afectar los costos fijos de la institución; pero sí se ha hecho un gran esfuerzo por pagar de manera íntegra los salarios y no dañar a la plantilla laboral; “más bien, tenemos un equipo muy comprometido y entregado que trabaja muchas horas”.
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¿A quién se entregan los alimentos?
En las últimas semanas, “Alimento para Todos” ha recibido muchos mensajes de solicitudes de apoyo a través de sus redes sociales. “Son personas que han perdido su empleo, grupos que atienden indigentes, enfermos, madres de familia que no tienen otro sustento. Lo que hacemos es platicar con ellas, analizamos los casos y las canalizamos a alguno de los grupos que tenemos en nuestra área de incidencia, que es la Ciudad de México y el Estado de México”.
“Se hace un estudio socioeconómico para asegurarnos que sean personas que están por debajo de la línea de bienestar, que tengan algún grado de pobreza o inseguridad alimentaria”, apunta.
Cuando una persona pide ayuda desde el interior de la República, se le canaliza con la Red de Bancos de Alimentos BAMX –de la cual “Alimento para Todos” es parte–, que tiene presencia en los diferentes estados del país. BAMX, a su vez, los pone en contacto con los bancos de alimentos locales.
El banco de alimento de Cáritas Arquidiócesis de México atiende a unos 90 grupos, de los cuales 42 son parroquias, y a través de ellos se hace llegar el alimento a quienes lo necesitan. Estos grupos pertenecen a la Arquidiócesis de México, pero también a las diócesis de Iztapalapa, Xochimilco y Azcapotzalco. Otros están en el Estado de México.
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¿Qué reciben los beneficiarios?
Hasta antes de la crisis, cada beneficiario recibía semanalmente una despensa que era armada por voluntarios en los almacenes de “Alimento para Todos”; sin embargo, para evitar la concentración de personas, el alimento se está entregando a granel a los grupos receptores: “éstos llegan con sus camionetas, y cargan las cajas de productos; también nos ayudan a dividirlos antes de entregarlos a las personas; es un gesto de corresponsabilidad”, señala.
Para Bernardo Landeros, la crisis humanitaria que se está viviendo a nivel mundial le ha dejado algo muy grande: un encuentro más cercano con Dios. “El saber que al final estamos en sus manos, me ha dado mucha tranquilidad para hacer lo que me corresponde, que es atender, junto con todo el equipo de “Alimento para Todos”, a quien más lo necesita”.