“En México se trabaja para ser pobre”: Lucila Servitje
“Después de laborar ocho horas, tiempo extra, y cuatro horas en transporte, el trabajador aún es pobre", asegura la directora de IMDOSOC.
El francés André Betron, principal exponente del movimiento surrealista, tras visitar nuestro país en 1938, dijo: “No intentes entender a México desde la razón, es el país más surrealista del mundo”. Y es que, en nuestro país, “vivimos en una paradoja: después de trabajar ocho horas, más tiempo extra, más cuatro horas en transporte, al final del día, el trabajador sigue siendo pobre. En México se trabaja para ser pobre”, afirma Lucila Servitje, presidenta del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC).
En entrevista para Desde la Fe, la doctora en Teología, asegura que si bien el aumento al salario mínimo no sería una solución a la pobreza en México, sí sería un punto de partida para erradicarla, toda vez que actualmente éste resulta insuficiente incluso para cubrir la canasta básica. “No es constitucional”, dice.
Al realizarse este domingo la II Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el Papa Francisco, Lucila Servitje afirma que el católico está llamado a ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad, pues es lo mínimo que pide el Evangelio; así como a atender la petición del Santo Padre de generar economías que no descarten ni sean paternalistas, “sino que el trabajo de todos sea el que aporte”.
Lázaro toca a la puerta
Monseñor Leopoldo González, Arzobispo de Acapulco, asegura que lo que busca el Papa con esta jornada es despertar la sensibilidad de los católicos: “la indiferencia nos ha hecho pasar junto al otro sin verlo o morar bajo el mismo techo sin darnos cuenta del sufrimiento de nuestro prójimo”.
“A nivel personal, muchos fieles y laicos comprometidos practican obras de caridad”, pero “mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa, no podrá haber justicia ni paz social, o dicho con palabras del Papa: mientras no escuchemos el grito de Bartimeo a la orilla del camino, no podrá haber justicia ni paz social.
“La justicia y la paz social son un reclamo muy sentido en nuestra patria”, finalizó el arzobispo de Acapulco, diócesis con mayor número de personas en situación de pobreza extrema.
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