Domingo de Ramos: el Card. Aguiar pide por víctimas de la pandemia
“Señor Jesús, Médico de nuestras almas y cuerpos, nos sentimos desvalidos, pero confiamos en ti”, dijo el Arzobispo este Domingo de Ramos.
Este 28 de marzo, en que dio inicio la Semana Santa 2021, el Arzobispo de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, celebró en la Catedral Metropolitana la Misa del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, misma que comenzó con la bendición de las palmas, acto con el que el cristianismo conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
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Luego de recordar que el mundo ha vivido la actual pandemia por Covid-19 como un tiempo parecido a la Pasión que sufrió Jesús previo a su Resurrección, el Cardenal Carlos Aguiar pidió a Dios por las personas fallecidas, por las familias que han perdido a un ser querido, y por el personal de salud.
“Señor Jesús -expresó-, Médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, nos sentimos desvalidos en esta situación de emergencia sanitaria internacional; pero confiamos en ti, danos tu paz y la salud. Madre María de Guadalupe, protégenos y síguenos conduciendo con tu amor a tu Hijo Jesús.
En su homilía, el Arzobispo de México llamó a la comunidad a brindar consuelo al prójimo en estos tiempos de dificultad. “El discípulo que aprende del Maestro a experimentar la fortaleza al sufrir cualquier adversidad, especialmente una injusticia, adquiere una lengua experta para confortar al que sufre, al abatido y desolado, como tantos que en este tiempo se han multiplicado”.
Asimismo, llamó a los fieles confiar en el mensaje de la Pascua, que nos habla de la Resurrección de Jesús, testimonio de que la vida no termina con la muerte, sino que genera la esperanza que no defrauda: alcanzar la vida eterna. “La esperanza que nos ha dejado Jesús no nos defrauda, porque ya la garantizó con su Resurrección”.
Bendecir las palmas es creer en la Resurrección
Luz María Barrientos, originaria de la Ciudad de México, agradece a Dios por haber podido asistir a la Catedral Metropolitana en este Domingo de Ramos y haberse reencontrado con la religión, ya que el año pasado los templos de la Arquidiócesis de México estuvieron cerrados debido a las restricciones sanitarias por el Covid-19.
“Igualmente muy contenta de que hoy pude bendecir mi pala. Siempre la coloco en mi puerta, y cuando lo hago, digo: “Que este sea el signo de que creo en Dios y en la Resurrección”.
Una tradición que no acabará
Víctor Ortiz, también originario de la Ciudad de México, alberga la esperanza de que, con las vacunas, muy pronto quede controlada la pandemia de Covid-19, a fin de que todos los fieles puedan asistir a Misa sin temor al contagio.
Señala que cualquier mal, tarde o temprano pasa; pero las tradiciones cristinas permanecen. “Para los cristianos esto durará siempre; cada año, en Semana Santa, seguiremos viniendo a bendecir nuestras palmas”.
Jesús, su más grande compañía
Con lágrimas en los ojos, Silvia Quintero, originaria de Valle de Bravo (Estado de México), platica que ni siquiera sabe su edad, puesto que no cuenta con acta de nacimiento, debido a que sus papás murieron cuando ella era muy pequeña y no le dejaron documentos. Pero durante toda su vida ha tenido la mejor compañía: Jesús.
“Hace tiempo fui a una iglesia a bendecir mi palma; pero el padre dijo que no era necesario bendecirlas, y todos los que estaban ahí las bajaron. Entonces a mí me dio el llanto, y quise reclamarle al padre, porque para mí Jesús es todo, y con palmas benditas lo recibieron a Él cuando entró a Jerusalén”.
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