El Cardenal Aguiar celebró la Misa Crismal 2020 en la Catedral de México
El Arzobispo animó a sus presbíteros a renovar sus promesas sacerdotales y a seguirse empeñando en el acompañamiento de los fieles.
Bajo las correspondientes medidas sanitarias para evitar contagios de COVID-19, este 27 de agosto de 2020, en la Catedral Metropolitana, el Cardenal Carlos Aguiar Retes celebró la Misa Crismal, misma que fue concelebrada por el Nuncio Apostólico en México, monseñor Franco Coppola; por miembros del Cabildo Metropolitano, Obispos Auxiliares, Vicarios Territoriales y presbíteros arquidiocesanos, en su mayoría decanos.
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Comúnmente, la Misa Crismal se celebra en Jueves Santo; sin embargo, este año tuvo que posponerse hasta esta fecha, debido al cierre temporal de templos arquidiocesanos, en virtud de las medidas dispuestas por las autoridades civiles y eclesiásticas para hacer frente a la pandemia de coronavirus.
Esta celebración es de la más alta importancia para la Iglesia; en ella, el obispo consagra los Santos Oleos que se utilizarán durante el año litúrgico para impartir los sacramentos; asimismo, el presbiterio renueva sus promesas sacerdotales y la feligresía se une a su obispo.
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Debido a las disposiciones de salud establecidas, en este acto litúrgico sólo pudieron estar presentes alrededor de 60 presbíteros -en su mayoría decanos-; los demás sacerdotes de la Arquidiócesis participaron de la celebración a través de la transmisión por internet.
Mensaje al presbiterio
Durante su homilía, el Cardenal Carlos Aguiar dio un mensaje a sus obispos y presbíteros, a fin de animarlos a renovar sus promesas sacerdotales, con plena confianza en el amor de Dios. Él los ha elegido para este ministerio -les dijo-, y conoce y sostiene su frágil condición humana.
“Seguramente -señaló-, encontraremos algunas acciones que habrán ayudado a los miembros del Pueblo de Dios en el crecimiento de su fe, en la generación de la esperanza, y en una caridad testimonial admirable. Y por ello debemos, con el corazón agradecido, alabar a Dios y dar testimonio, ante la comunidad que presidimos, de las maravillas que hace el Señor en medio de nosotros y a través de nosotros”.
“Pero también aparecerán en nuestra memoria situaciones en las que no pudimos concretar una respuesta eficiente, debido a múltiples causas, que justificadamente o no, impidieron que ejerciéramos nuestro ministerio sacerdotal satisfactoriamente”, señaló a los presbíteros, a fin de animarlos a renovarse y empeñarse en el acompañamiento del santo pueblo de Dios.
Consagración de los Santos Óleos
Durante la Misa Crismal -como es usual en esta celebración litúrgica-, el Cardenal Carlos Aguiar Retes bendijo el Óleo de los Catecúmenos y el Óleo de los Enfermos, y consagró el Santo Crisma. Los Santos Óleos serán repartidos en todas las parroquias de la Arquidiócesis de México para usarse durante el año litúrgico en la impartición de los sacramentos y consagraciones:
- El Óleo de los Catecúmenos, que se usa como signo de fortaleza para ayudar a quienes serán bautizados a resistir y rechazar el mal, antes de que se acerquen a la pila bautismal.
- El Óleo de los Enfermos, utilizado para el sacramento de la Unción de los Enfermos, a fin de pedir la salud física y espiritual de quienes padecen una enfermedad, y ayudarlos, por la gracia del Espíritu Santo, a sobrellevar el dolor y el sufrimiento.
- El Santo Crisma, que se utiliza en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación, así como en la consagración de las iglesias y los altares, y cuya consagración es el centro de la Misa Crismal, por lo cual se consagra después de la Comunión.
“Quiero anunciarles -dijo el Cardenal Aguiar-, que por esta situación de pandemia no han estado todos los sacerdotes con nosotros, pues no era conveniente. Entonces, en cada una de las zonas pastorales, el vicario episcopal respectivo llevará, junto con los decanos, estos Santos Óleos y este Santo Crisma, para distribuirlos a los demás sacerdotes, mediante la celebración de una Eucaristía por zonas pastorales”.
Finalmente, cabe señalar que durante la Misa Crismal, el Arzobispo de México recordó solemnemente a los fieles y sacerdotes fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus COVID-19; y animó a la comunidad al cuidado mutuo de la salud.
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