Así se ve el Seminario de Tabasco tras inundaciones por el ciclón Eta
El rector de esta casa de formación señala que el problema más grave lo están viviendo las familias de los alrededores, para las cuales pide ayuda.
Si bien de ayer a hoy ha cedido unos centímetros la inundación que dejó ciclón Eta en el Seminario Mayor “El Señor de Tabasco y Santa María de Guadalupe”, el padre Miguel Apastillados, rector de esta casa de formación, señala que la situación aún es muy complicada, aunque menos para el Seminario que para los habitantes de los alrededores, “que necesitan de la solidaridad de todos los mexicanos”.
Puedes leer: Obispo de Tabasco llama a la solidaridad ante las inundaciones
En el Seminario -señala-, por estar en el punto más alto de la zona, aunque el agua entró a las aulas y a la capilla, no provocó mayores daños. “Y es que dos días antes, los 20 seminaristas y los 8 sacerdotes que permanecimos aquí, estuvimos levantando todo lo que se podía levantar: sillas, mesas, libreros, refrigeradores, etcétera”.
Ahora, los seminaristas y los sacerdotes se encuentran a la espera de que el agua ceda en su totalidad para poder comenzar a hacer labores de limpieza, secar y desinfectar. “Como todos los habitantes del estado, la comunidad de este Seminario desea que pase pronto esto que ha provocado el ciclón Eta, a fin de empezar a hacer nuestra vida normal”.
Regularmente, en esta casa de estudios se encuentran 78 seminaristas, de los cuales se quedaron 20, con el fin de poder hacer recorridos en lancha por turnos, para estar al pendiente de la situación, y sobre todo poder brindar ayuda a las religiosas, pues se encuentran en un lugar aparte.
Leer: El hombre en lancha que ayuda a damnificados… ¡Es sacerdote!
Pero fuera de las cosas materiales que al final resulten dañadas por la inundación -señala-, en el seminario no hay situaciones que lamentar. Para comer y descansar, seminaristas y sacerdotes se trasladan a las instalaciones del Seminario Menor, que está ubicado a unos 10 kilómetros de ahí, fuera de las inundaciones que ha dejado el ciclón Eta.
“El verdadero problema -señala el padre Miguel-, lo están padeciendo las familias que habitan en los alrededores, cuyas casas se encuentran prácticamente inundadas. Hemos estado al pendiente, y gracias a Dios no se han registrado pérdidas humanas. Eso sí, necesitan víveres, alimento y agua, por lo que apelamos a la solidaridad del pueblo de México”.
Finalmente, el padre Miguel Apastillados refiere que al parecer tampoco se han dado en los alrededores contagios por COVID-19, o cuando menos no se han reportado enfermos. “De hecho -señala-, con esto del ciclón Eta, la gente hoy ni se acuerda del virus; es decir, que el problema del agua hizo que la gente saliera un poco del estado de angustia que vivía por la pandemia”.
¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775