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Un ungido de Dios que abrazó su cruz: Así es monseñor Rolando Álvarez

24 febrero, 2023
Un ungido de Dios que abrazó su cruz: Así es monseñor Rolando Álvarez
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. Foto: Especial
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El sacerdote nicaragüense Erick Mauricio Díaz Fernández recuerda el día que fue ordenado sacerdote por su mentor, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en 2017. En medio de la felicidad, le causó sorpresa una frase que hoy parece profética: “Prepárate porque llegarán días en que en el Ministerio vas a llorar lágrimas amargas y esas lágrimas amargas te las vas a tener que tragar a tragos y nadie va a estar contigo”.

No pasó mucho tiempo para que esta frase se hiciera realidad. Hoy, Monseñor Rolando Álvarez purga una condena de 26 años de prisión sin recibir un juicio justo, tras haber sido acusado de propagar noticias falsas, traición a la patria y desacato a la autoridad. Mientras el padre Erick Díaz vive exiliado en Chicago, Estados Unidos, luego de sufrir la persecución del gobierno de Daniel Ortega.

El padre Díaz Fernández asegura en entrevista con Desde la fe, que lo que en ese entonces le externó el obispo hoy lo vive en carne propia con la difícil situación que se vive en Nicaragua y con la persecución que ha emprendido el Estado contra la Iglesia.

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, Nicaragua. Foto: Especial

Monseñor Rolando Álvarez, junto al sacerdote Erick Díaz. Foto: Especial

El alumno que conoce el corazón del maestro

El padre Erick Díaz conoció a su mentor en 2011, cuando llegó a la Diócesis de Matagalpa y él era seminarista. “Durante mi mayor parte formativa, el obispo me fue acompañando; en el 2017 me ordenó diácono el 29 de junio, y el 25 de noviembre me ordenó sacerdote”.

Monseñor Álvarez fue nombrado obispo de Matagalpa, al norte de Nicaragua, en abril de 2011 por el Papa Benedicto XVI, y en muy poco tiempo se ganó el cariño de sus fieles. Lo mismo andaba en patineta, que se quitaba la sotana para lanzarse al río o subía a los autobuses para predicar. Y fue esa cercanía con la gente, particularmente con las causas de los jóvenes y de los adultos mayores, la que lo puso en la mira del gobierno de Daniel Ortega, que emprendió una campaña de represión contra sus opositores.

El obispo y el padre Díaz mantuvieron una relación cercana, e incluso él estuvo a unas calles del lugar donde monseñor fue detenido, en agosto de 2022. Una de las últimas veces que se le vio al obispo, tras ser retenido y custodiado mientras cargaba al Santísimo por las calles de Matagalpa. Imágenes que han dado la vuelta al mundo.

Desde entonces, el padre Díaz ha tenido información escasa del obispo, pero tiene la certeza de que se encuentra bien. “Conociéndole, sé que está sereno, que él está orando, que él no tiene en su corazón odio ni rencor, porque es un obispo que ha predicado que no nos llenemos de odio, de venganza, de resentimiento, sino que siempre prediquemos la esperanza, el perdón, la reconciliación. No lo dice de labios hacia afuera, sino realmente desde el corazón”.

El padre Díaz asegura que es la oración y la confianza en Dios lo que mantiene a monseñor, pues es humanamente imposible que alguien asumiera este sacrificio. “Él no lo está haciendo como humano, lo está haciendo como un hombre de Dios, como un profeta de Dios, por eso es que él está resistiendo, por la oración y porque está lleno de Dios”.

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A principios de agosto de 2022, el gobierno de Nicaragua retuvo al obispo de la Iglesia católica, Rolando Álvarez.

¿Qué fue de Monseñor Rolando Álvarez?

De acuerdo con organizaciones de derechos humanos y diversos medios de comunicación de Nicaragua, monseñor Rolando Álvarez está confinado en una celda de máxima seguridad, conocida como ‘El Infiernillo’, en la cárcel ‘La Modelo’ en Nicaragua, llamada así por las condiciones infrahumanas en las que habitan quienes llegan a estar en ella, y que normalmente utiliza el régimen de Daniel Ortega para recluir a los presos políticos.

A pesar de que varias cosas han pasado en su vida y de que se le dictó sentencia en un juicio adelantado, hace más de un mes que no se le ve públicamente. El padre Erick Díaz confía en que la condición emocional de monseñor sea buena ya que él es “un hombre de Dios, un ungido de Dios, un hombre espiritual y que en el momento que ha abrazado la cruz, él es consciente del precio que está pagando por la libertad y por lo que ha acompañado al pueblo”.

Monseñor Álvarez fue detenido en agosto pasado junto a otras cuatro sacerdotes y un camarógrafo de un medio católico, quienes también se encuentran presos, purgando condenas de entre ocho y diez años, acusados también de propagar noticias falsas y traición a la patria.



“Monseñor ha asumido solo ese sacrificio, esa cruz; pero él sabe lo que dice y lo asume como propio. Veo en él a un hombre que es como profeta y te dice las cosas que te van a pasar y realmente suceden como él las dice”, señala.

El obispo Rolando Álvarez. Foto: Especial

El obispo Rolando Álvarez era muy querido por su comunidad en Matagalpa. Foto: Especial

“No perdamos la paz en nuestro corazón”

El sacerdote Erick Díaz tiene más de seis meses que huyó de Nicaragua, primero hacia Costa Rica, para después viajar a Miami y de ahí a Chicago. En varias ocasiones fue perseguido y acosado por la Policía Nacional, que incluso llegó a grabar sus movimientos.

Sabe que el panorama es adverso, pero tiene fe. “Soy un sacerdote nicaragüense”, asegura, aunque está en la lista de personas a las que el régimen de Daniel Ortega decidió quitarles la nacionalidad. Así como a muchos más, entre ellos al obispo Rolando Álvarez.

En sus palabras no hay un solo mensaje de rencor o resentimiento hacia nadie. “Nosotros como iglesia nunca vamos a promover la violencia, nunca vamos a promover el odio, nunca vamos a promover otra cosa que no sea el Evangelio y el Evangelio nos invita al perdón”.

“En nuestro corazón tenemos que estar en paz, tenemos que hacer un llamado al perdón, al diálogo, a construir nuevas sociedades. Esa es la invitación a la gente, que no perdamos la paz en nuestro corazón, que no perdamos la esperanza, como decía monseñor Rolando cuando tenía la oportunidad, porque el que pierde la esperanza se autosepulta y nosotros no podemos perder la esperanza, debemos tener siempre la esperanza de que un día vamos a regresar todos juntos a una nueva patria, a un nuevo país, a un país en libertad”.

El obispo Rolando Álvarez. Foto: Especial

El obispo Rolando Álvarez. Foto: Especial

¿Regresarán a Nicaragua?

En Nicaragua no cesa la persecución contra la Iglesia. Recientemente, el gobierno prohibió las procesiones de Pascua y Semana Santa, y la Policía Nacional notificó a las parroquias que las celebraciones por la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús tendrán que ser dentro de los templos.

“Tengo la confianza, porque mi confianza no está en los hombres, mi confianza está únicamente en Jesucristo y aunque hoy miremos lejana esa libertad del país de Nicaragua, Dios tiene la última palabra y aunque humanamente hoy no veamos una luz, no veamos una salida, Dios de la noche a la mañana puede cambiar el rumbo de la historia de nuestro país.

“¿Qué nos queda? La confianza en Dios. Dios, decimos nosotros, tarda pero no olvida, sigue trabajando. Y lo hemos visto. La oración de miles y miles de nicaragüenses, hombres y mujeres, que han orado por los presos políticos que estaban sufriendo y que pedían su liberación, vimos el milagro de que Dios ha liberado a todos estos hombres y mujeres que estaban sufriendo en las cárceles. Dios siempre puede más y el amor de Él siempre nos animará y la justicia triunfará”.

Con información de Jorge Reyes





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