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“Un regalo del cielo”: así vivieron los seminaristas mexicanos su encuentro con el Papa León XIV

3 seminaristas mexicanos sirvieron como voluntarios en la misa ecológica del Papa León XIV. La experiencia, dicen, fue un “regalo del cielo".

17 julio, 2025

En el silencio de los jardines del Borgo Laudato si’, donde el canto de las aves se mezcla con el viento entre los árboles, el Papa León XIV presidió su primera misa por el Cuidado de la Creación. Un momento histórico para la Iglesia, sí, pero también una experiencia transformadora para tres seminaristas mexicanos que, por amor a la Iglesia, ofrecieron su tiempo como voluntarios.

Israel, Porfirio y Sergio llegaron a Roma desde distintas regiones de México, enviados por sus obispos a continuar su formación teológica. Nunca imaginaron que terminarían participando en una celebración tan significativa y, mucho menos, que estarían tan cerca del Papa León XIV.

Desde el Vaticano, Israel —un joven seminarista originario de Oaxaca— compartió con Desde la fe cómo vivió esta experiencia única. “Nosotros ya habíamos decidido venir a apoyar como voluntarios, sin saber que el Papa celebraría aquí. Fue una sorpresa divina”, cuenta.

En un principio, su labor parecía sencilla: cuidar los jardines, acompañar a los visitantes, apoyar en la liturgia. Pero pronto, todo cambió. “Empezaron a llegar los ceremonieros, los objetos litúrgicos, la prensa… y ahí entendimos la magnitud de lo que se venía”.

La misa celebrada por el Papa León XIV fue también la primera vez que se utilizó el nuevo formulario litúrgico del Cuidado de la Creación, aprobado por el Papa Francisco y recientemente incorporado al Misal Romano. Pero más allá del protocolo, lo que se vivió ese día fue una experiencia de comunión: trabajadores, voluntarios, seminaristas y el mismo Pontífice, unidos en una misma fe, orando por el planeta.

“Fue como estar en una gran familia”, recuerda Israel. “Desde la persona que barre hasta el que administra el lugar. Todos estábamos allí, iguales, delante del altar”.

Porfirio asegura que ese momento lo conectó con sus raíces. “Me recordó mi infancia, rodeado de árboles, de tierra, de vida. Ver al Papa hablándonos de la creación, de cómo debemos cuidarla como nuestra casa común, me hizo pensar que esto no puede quedar solo como una experiencia bonita. Es un llamado urgente”.

“Vivir con coherencia”: una invitación a despertar en la Iglesia mexicana

Ambos seminaristas coinciden en que la Iglesia en México tiene mucho por hacer en el campo de la ecología. “Hace falta coherencia”, afirma Israel. “No podemos hablar de ecología y seguir usando plásticos en nuestras parroquias. No se trata de juntar botellas, sino de vivir con dignidad y respeto por lo que nos rodea. Es una conversión integral”.

Porfirio, por su parte, lanza una invitación: “Ojalá todas las diócesis en México trabajen en esto. Somos seminaristas, sí, pero ya tenemos que asumir esta responsabilidad. No es una moda, es parte de nuestra fe”, asegura. Dice que al volver a México quiere poner manos a la obra: llevar a su diócesis lo que vivió junto al Papa y sembrar, desde su realidad, una conciencia ecológica que nazca del amor a la Iglesia. Porque, insiste, “todo esto lo hacemos por la Iglesia”.

¿Cómo es estar cerca de Papa León XIV?

“Estar con el Papa, servir en esta misa, ver su sencillez y cercanía, fue una gracia”, concluye Porfirio. “Pero más aún lo es poder vivirlo desde dentro, saber que la Iglesia apuesta por los jóvenes, por los pueblos, por la tierra que nos da vida. Todo esto ha marcado mi vocación para siempre”.

Estar cerca del Papa fue, para los seminaristas mexicanos, una experiencia espiritual intensa. Porfirio lo describió como algo que “no se puede explicar con palabras”, y aseguró que al momento de verlo pasar, sintió que “el corazón se le salía del pecho”.

“Se siente algo muy grande, es algo espiritual”, dijo. “Verlo, tenerlo tan cerca, y que te vea… no sé, se siente muy especial”.

Israel también compartió ese asombro. “Yo nunca lo había visto tan de cerca. Pasa frente a ti, y no sabes ni qué hacer: si gritar, si aplaudir, si quedarte quieto. Es algo único”.

Ambos coincidieron en que vivir esta experiencia los marcó profundamente y reafirmó su deseo de servir a la Iglesia.



Autor

Lic. en Comunicación en Imagen por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y Mtra. en Comunicación para la Acción Política y Social por la Universidad Simón Bolívar México (USB México).