¿Qué es un Nuncio Apostólico?
La misión diplomática de la Santa Sede ante los Estados la realiza la Nunciatura, al frente de la cual se encuentra el Nuncio.
Antes de que existiera el término “embajador”, las relaciones entre dos o más países se realizaban a través de mensajeros o emisarios, aunque con el tiempo se utilizó el término lagatus para denominar a ese agente diplomático. La Santa Sede designaba lagati (en singular) a sus cardenales o representantes.
Con el tiempo se empezó a extender el término Ambaxiator (embajador) para aquellos que establecieran un acercamiento de un reino con otro.
La Santa Sede, no obstante, tenía dos figuras o clases de diplomáticos: los Nuntii (nuncios) y los procuratores (agentes negociadores). Los nuncios no tenían poderes para negociar, sólo funciones de emisario.
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La Nunciatura Apostólica
En la actualidad, la misión diplomática de la Santa Sede ante los Estados con los que mantiene relaciones diplomáticas, la realiza la Nunciatura, al frente de la cual se encuentra un Nuncio. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, ésta equivale a una embajada y tiene funciones diplomáticas de primera clase.
¿Qué es un Nuncio?
Se le denomina Nuncio al jefe de la misión diplomática (Nunciatura) de máximo rango de la Santa Sede; su categoría es idéntica a la de un embajador. Ordinariamente se trata de obispos con estudios en relaciones internacionales y trayectoria diplomática. El nuncio es designado por el Papa.
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¿Qué importancia tiene un Nuncio?
Los países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede establecen correspondencia con el Estado Vaticano, pero también con la Iglesia Universal. Por esa razón, el protocolo demanda a los países referirse a un Nuncio como Su Excelencia Reverendísima y se le otorga el título de Decano como jefe de la misión apostólica del Santo Padre, el cual, en los países católicos, tiene precedencia sobre sus demás colegas acreditados para la misión.
¿Cuál es la situación del nuncio en México?
En 1992 se realizó el intercambio de notas entre México y la Santa Sede para el restablecimiento de relaciones diplomáticas rotas en 1926, luego de que el presidente Plutarco Elías Calles expulsara al delegado apostólicos y a varios obispos del país.
A nombre de México, en 1992 la Secretaría de Relaciones Exteriores solicitó al Vaticano “intercambiar representantes permanentes, con rango de Embajador o equivalente, de acuerdo con la normatividad y la práctica internacionales vigentes seguidas por México”.
La Secretaría de Estado del Vaticano, por su parte, respondió su aceptación para establecer relaciones diplomáticas con dos condiciones: “que la persona que ocupe el cargo de Embajador ante el Gobierno Italiano no podrá ser simultáneamente Embajador ante la Santa Sede; y que el Nuncio Apostólico acreditado ante el Gobierno de México podrá desempeñar, si fuera el caso, las funciones de Representante Pontificio ante las Comunidades Católicas de otras Naciones”.
Por ser México un Estado laico, no aplica para el Nuncio el título de Decano ni como portavoz del Cuerpo Diplomático ante el Gobierno Mexicano, pero sí aprueba la posibilidad de que el Nuncio en funciones pueda desempeñar representaciones diplomáticas en otros países o comunidades católicas.
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¿Quiénes han sido nuncios apostólicos en México?
Mons. Girolamo Prigione (7 de febrero de 1978 – 2 de abril de 1997 )
Mons. Justo Mullor García (2 de abril de 1997 – 11 de febrero de 2000 )
Mons. Leonardo Sandri (1 de marzo de 2000 – 16 de septiembre de 2000 )
Mons. Giuseppe Bertello (27 de diciembre de 2000 – 11 de enero de 2007)
Mons. Christophe Pierre (22 de marzo de 2007 – 12 de abril de 2016)
Mons. Franco Coppola (9 de julio de 2016 – 15 de noviembre de 2021)
Mons. Joseph Spiteri (7 de julio de 2022 – )