¿Habrá diaconisas en la Iglesia? El Vaticano publica su postura

La Santa Sede dio a conocer el informe final de la Comisión Petrocchi, el organismo creado por indicación del Papa Francisco para estudiar la posibilidad de ordenar mujeres diaconisas en la estructura de la Iglesia católica.

El documento, enviado al Papa León XIV el 18 de septiembre de 2025 y publicado por voluntad del Pontífice, concluye que no es posible admitir a las mujeres al diaconado entendido como grado del sacramento del Orden.

Sin embargo, subraya que esta valoración, aunque sólida, no permite formular todavía un juicio definitivo para determinar si las mujeres pueden ser ordenadas diaconisas, a diferencia de lo que ocurre con la imposibilidad de ordenarlas como sacerdotes.

Un aspecto relevante que se destaca en el documento titulado “Resumen de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino”, es que que contiene los argumentos que se presentaron tanto a favor como en contra para que se pueda instituir esta figura dentro de la estructura de la Iglesia católica.

¿Cuál es la postura de la Iglesia sobre la ordenación de mujeres diaconisas?

Según el informe redactado por el Cardenal Arzobispo Emérito de L’Aquila, Giuseppe Petrocchi, la investigación histórica y teológica sobre el tema muestra que, aunque la Iglesia utilizó en distintas épocas el título de “diaconisa” en algunas mujeres, este nunca tuvo un significado unívoco ni equiparable al diaconado sacramental masculino.

Tras dos fases de trabajo entre 2021 y 2022, y una última sesión en febrero de 2025, la Comisión presidida por el Cardenal Petrocchi llegó a la conclusión de que la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio eclesial no permiten dar el paso para ordenar a mujeres diaconisas, al menos con los elementos disponibles actualmente.

Sin embargo, el documento deja abierta la posibilidad para que el juicio pueda evolucionar con estudios más profundos, pues por el momento “no es posible formular un juicio definitivo como en el caso de la ordenación sacerdotal”.

“El statu quo en torno a la investigación histórica y la teológica, consideradas en sus mutuas implicaciones, excluye la posibilidad de proceder a la admisión de mujeres al diaconado, entendido como un grado del sacramento del Orden. A la luz de la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio eclesiástico, esta evaluación es contundente, aunque actualmente no permite la formulación de un juicio definitivo, como en el caso de la ordenación sacerdotal”, sostiene el texto.

También se destaca el hecho de que, con 9 votos a favor y uno en contra, la Comisión se expresó ampliamente a favor de crear nuevos ministerios laicales que fortalezcan la participación de las mujeres en la estructura y en la vida de la Iglesia.

Da clic aquí para conocer en su totalidad el documento “Resumen de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino”.

Argumentos a favor de ordenar mujeres diaconisas

En su resolución, la Comisión sintetizó las cuatro razones principales por quienes apoyan la admisión de mujeres al diaconado:

1. Igual dignidad y condición de imagen de Dios: quienes sostienen esta postura consideran que reservar el diaconado solo a los hombres entra en tensión con la afirmación bíblica de la igualdad entre varón y mujer como imagen de Dios.
2. Testimonio de la Escritura: citan la afirmación de san Pablo: “ya no hay judío ni griego… ni hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús” (Gál 3, 28), como base para un acceso igualitario a los ministerios.
3. Desarrollo social y eclesial: argumentan que la evolución cultural contemporánea hacia la paridad de funciones entre hombres y mujeres exige revisar estructuras eclesiales que puedan percibirse como discriminatorias.
4. Experiencias históricas de “diaconisas”: se recuerda que en algunos lugares y épocas la Iglesia usó ese término, aunque no de forma uniforme, lo cual —según los favorables— abriría un precedente para un eventual desarrollo doctrinal.

¿Cuáles son los argumentos en contra de la figura de las diaconisas?

Por otro lado, el informe entregado al Papa León XIV recoge las tres principales objeciones teológicas a la ordenación diaconal de mujeres:

1. Masculinidad de Cristo y sacramento del Orden: para este grupo, la identidad sacramental está ligada a la masculinidad de Cristo. No se trataría de un dato cultural, sino de un elemento constitutivo de la economía de la salvación.
2. Unidad e indivisibilidad del Orden sagrado: el diaconado, el presbiterado y el episcopado forman un único sacramento. Admitir mujeres al primer grado —señalan— haría inexplicable su exclusión de los grados superiores.
3. Significado nupcial de la salvación: los opositores advierten que cambiar la práctica significaría afectar el simbolismo esponsal entre Cristo Esposo y la Iglesia Esposa, que se expresa sacramentalmente en el ministerio ordenado.

Cabe destacar que en el informe se señala que este último argumento fue votado con 5 votos a favor de conservarlo tal como está formulado y 5 votos para eliminarlo, lo que refleja la fuerte tensión teológica dentro de la Comisión.

Resultados de la consulta del Sínodo

De la misma manera, el informe presentado por el Cardenal Petrocchi establece que en la última fase del trabajo se examinaron las aportaciones recibidas sobre el tema tras abrir el proceso a la participación de fieles, como solicitó el Sínodo sobre la Sinodalidad.

Precisa que aunque llegaron numerosas intervenciones, solo 22 personas o grupos enviaron contribuciones, provenientes de pocos países. “Por consiguiente, aunque el material es abundante y, en algunos casos, hábilmente argumentado, no puede considerarse como la voz del Sínodo y mucho menos del pueblo de Dios en su conjunto”.

¿Cuál es la conclusión sobre la posibilidad de ordenar diaconisas?

En el documento “Resumen de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino”, el Cardenal Giuseppe Petrocchi destaca que existe una “intensa dialéctica” entre dos líneas teológicas claramente diferenciadas en torno al tema:

• La primera afirma que el diaconado es un ministerio para el servicio, no para el sacerdocio, lo cual podría abrir la puerta a mujeres diaconisas.
• La segunda sostiene la unidad del Orden sagrado y el significado esponsal de sus tres grados, lo cual lleva a rechazar esa posibilidad.

Por ello, el Cardenal propone continuar los estudios con un examen crítico más amplio y riguroso del diaconado, su identidad sacramental y su misión en la Iglesia, especialmente considerando que en algunos continentes este ministerio es casi inexistente o se confunde con funciones laicales.

“Los pronunciamientos de estas “escuelas” teológicas opuestas y la falta de convergencia en polarizaciones doctrinales y pastorales fundamentales motivan, en mi opinión, el mantenimiento de un enfoque prudencial sobre la cuestión del diaconado femenino. Este enfoque debería respaldarse con investigaciones globales cada vez más sólidas, orientadas, con visión de futuro, a explorar estos horizontes eclesiales”, plantea.

¿Cuál es la resolución final de la Comisión?

El informe presentado al Papa León XIV sostiene que la admisión de mujeres al diaconado sacramental no puede aprobarse por el momento, aunque no se emite un juicio definitivo.

Sin embargo, se recomienda crear nuevos ministerios laicales y ampliar el acceso de las mujeres a los ya existentes, reconociendo su servicio eclesial y ofreciendo un “signo profético” en contextos donde aún sufren discriminación.

“Por tanto, las cuestiones relativas a la ordenación de mujeres como diáconos quedan abiertas a un ulterior estudio teológico y pastoral, manteniendo el principio de la ‘communio hierarchica’, que asigna la decisión final sobre estas cuestiones al Magisterio de la Iglesia, como respuesta autorizada a las preguntas presentes en algunos sectores del Pueblo de Dios”, propone el Cardenal Petrocchi.

“En este contexto”, puntualiza el documento, “parece esencial, como requisito previo para un mayor discernimiento, fomentar un examen crítico riguroso y amplio del «diaconado mismo», es decir, de su «identidad» sacramental y su «misión» eclesial, aclarando ciertos aspectos estructurales y pastorales que actualmente no están plenamente definidos. En esta «diaconía hacia la verdad», la Iglesia debe actuar con «parresía» evangélica, pero también con la necesaria libertad de evaluación y transparencia discursiva”.