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¿Por qué el Papa Francisco abrirá una Puerta Santa en una cárcel?

Por primera vez en la historia de los jubileos de la Iglesia, un Papa realiza la apertura de una Puerta Santa en un recinto carcelario.

23 diciembre, 2024
¿Por qué el Papa Francisco abrirá una Puerta Santa en una cárcel?
En la foto, el Papa Francisco abre la Puerta Santa de San Pedro en 2017.

En un gesto particular y cargado de profundo simbolismo, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en una cárcel. Será la segunda de cinco con motivo del Año Santo declarado por el pontífice como parte del Jubileo de la Iglesia Católica.

Aunque ya sorprendió a todos en 2015, cuando en el marco de un Jubileo Extraordinario abrió una Puerta Santa en la catedral de Bangui durante su visita a la República Centroafricana, el acto del pontífice es definitivamente inédito.

Históricamente, lo habitual ha sido abrir las puertas eclesiales dentro del territorio vaticano. Sin embargo, en 2022, el Papa Francisco hizo historia al convertirse en el primer Pontífice en abrir la Puerta Santa de Celestino V fuera de una iglesia, y lo hizo en la ciudad de L’Aquila.

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Ocurrió en agosto de ese año, como parte de la  celebración número 728 del llamado “Perdón de Celestino”. El rito de apertura de la “primera Puerta Santa del mundo” fue llevado a cabo luego de la misa y el Ángelus en la Basílica de Santa María in Collemaggio.

¿Por qué se abrirá una Puerta Santa en una cárcel?

El jubileo mundial comenzará con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica papal de San Pedro, en Vaticano, durante una ceremonia prevista para las 7 de la noche del 24 de diciembre del 2024.

En total serán cinco las puertas mundiales que se abran en el marco del Año Santo 2025. Cuatro corresponden a las basílicas papales, como es costumbre desde antiguo. Pero, se abrirá una quinta puerta… ¡en una cárcel!

Será un jueves, el último jueves del año. El 26 de diciembre, el Papa visitará la cárcel de Rebibbia, en Roma. El mismo recinto carcelario que visitó en 2015 para lavarles los pies, un Jueves Santo, a 12 reclusos. Algo que volvería a hacer, esta vez con mujeres, en 2024.

¿La razón? Las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, sí se toma en cuenta lo expresado en la bula de convocación del jubileo ordinario del año 2025, donde el pontífice expone a través de 25 artículos su argumentación. En el décimo de ellos se refiere de manera concreta a los presos:

“En el Año jubilar estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria. Pienso en los presos que, privados de la libertad, experimentan cada día —además de la dureza de la reclusión— el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en bastantes casos, la falta de respeto”.

“Propongo a los gobiernos del mundo que en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad; itinerarios de reinserción en la comunidad a los que corresponda un compromiso concreto en la observancia de las leyes”.

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“Es una exhortación antigua, que surge de la Palabra de Dios y permanece con todo su valor sapiencial cuando se convoca a tener actos de clemencia y de liberación que permitan volver a empezar: «Así santificarán el quincuagésimo año, y proclamarán una liberación para todos los habitantes del país» ( Lv 25,10)”.

“El profeta Isaías retoma lo establecido por la Ley mosaica: el Señor «me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor» ( Is 61,1-2)”.

“Estas son las palabras que Jesús hizo suyas al comienzo de su ministerio, declarando que él mismo era el cumplimiento del “año de gracia del Señor” (cf. Lc 4,18-19). Que en cada rincón de la tierra, los creyentes, especialmente los pastores, se hagan intérpretes de tales peticiones, formando una sola voz que reclame con valentía condiciones dignas para los reclusos, respeto de los derechos humanos y sobre todo la abolición de la pena de muerte, recurso que para la fe cristiana es inadmisible y aniquila toda esperanza de perdón y de renovación”.

Acuerdos concretos a favor de los presos

En efecto, el Papa Francisco concluye de manera muy directa el párrafo, al señalar: “Para ofrecer a los presos un signo concreto de cercanía, deseo abrir yo mismo una Puerta Santa en una cárcel, a fin de que sea para ellos un símbolo que invita a mirar al futuro con esperanza y con un renovado compromiso de vida”.

El Santo Padre confía en que se alcanzarán beneficios concretos. No en vano, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del dicasterio vaticano que organiza el Año Santo 2025, adelantó a Vatican News que existe un acuerdo con el ministro de Justicia de Italia para alcanzar “formas de amnistía” y acciones que ayuden a los presos “a recuperar la confianza en sí mismos”.

Además, tienen previsto ejecutar mecanismos de reinserción “para varios presos a través del empleo en actividades de trabajo social”. Dijo también que la apertura de esa Puerta Santa será un “símbolo de todas las cárceles esparcidas por el mundo”.

“Todos tenemos derecho a la esperanza”

Será la 15ª vez que el Papa visite una cárcel, casi todas en tierra italiana, si bien en julio de 2015 visitó el Centro de Rehabilitación (penitenciario) Santa Cruz “Palmasola” en Bolivia. Desde esa tierra latinoamericana, dijo que tienen la “tarea de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir”.

Este proceso, agregó, “pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona. Y esta lógica de ayudar a la persona los va a salvar a ustedes de todo tipo de corrupción y mejorará las condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, nos anima y nos levanta a todos”.

En opinión del Papa Francisco, “todos tenemos derecho a la esperanza, más allá de cada historia y de cada error o fracaso”. Ya durante su su visita a la cárcel de Montorio,  en Verona, dijo que “con Dios a nuestro lado, podemos superar la desesperación y volver a empezar”.



Autor

Ingeniero Mecánico y periodista. Ex editor de medios católicos con rica experiencia en el desarrollo de contenido SEO, branding y manejo estratégico de plataformas digitales.