Muestras de asteroide que se acerca a la Tierra ayudaría a conocer el origen de la vida
La NASA solicitó ayuda a la Iglesia porque su observatorio astronómico tiene un dispositivo especial para analizar muestras de asteroides.
La NASA pidió ayuda la Iglesia para analizar las muestras del asteroide Bennu para conocer cómo se formó la Tierra y el Sistema Solar
Una cápsula de rocas y polvo recolectadas del asteroide Bennu está en la Tierra, luego de aterrizar a las 8:52 a. m. MDT (10:52 a. m. EDT) del domingo, en un campo de entrenamiento y pruebas del Departamento de Defensa de Estados Unidos, localizado en el desierto de Utah, cerca de Salt Lake City.
Una gran operación que beneficiará a la humanidad
Esta es la primera operación en la historia de Estados Unidos que se realiza del regreso de las muestras de un asteroide a la Tierra.
La cápsula, con las muestras del asteroide Bennu, fue transportada en un helicóptero al campo de entrenamiento en donde se conectó a un flujo continuo de nitrógeno.
La maniobra de conección al nitrógeno se realizó para hacer que las muestras del asteroide se mantengan alejadas de contaminantes terrestres y se conserven lo más puras posible para los análisis científicos que se llevarán a cabo.
Científicos de todo el mundo podrán analizar las muestras del asteroide
La muestra de Bennu (aproximadamente de 250 gramos) será llevada al Centro Espacial Johnson de la NASA. Los científicos curadores crearán un inventario de las rocas y el polvo y, con el tiempo, distribuirán las piezas de Bennu a científicos de todo el mundo.
Las muestras del asteroide Bennu permitirán que los hombres de ciencia tengan una mejor comprensión del origen y formación de los planetas, al igual que de la materia orgánica y el agua que dieron lugar a la vida en la Tierra, además, se podrá conocer más sobre asteroides potencialmente peligrosos.
Bennu es un asteroide de tamaño pequeño que es rico en carbono. Este fue descubierto en el año 1999. Esta roca sideral se encuentra clasificada como un “objeto próximo a nuestro planeta” porque cada 6 años pasa relativamente cerca de la Tierra, y se considera improbable un posible impacto.
La gran relevancia de Bennu es que es una reliquia del sistema solar primitivo, puesto que su química y mineralogía se estima, se conservan iguales a cuando se formó hace unos 4.500 millones de años. Por ello, podría contener información sobre los orígenes y el desarrollo de planetas rocosos como la Tierra.
NASA pide a Iglesia ayuda para analizar muestras del asteroide
La NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) solicitó al Vaticano su ayuda para analizar los fragmentos de roca y polvo pertenecientes al asteroide Bennu, a fin de conocer más sobre este cuerpo.
Se espera que el próximo 24 de septiembre llegue a Utha, Estados Unidos, la sonda espacial OSIRIS-REx, que fue enviada en 2016 al asteroide ubicado a unos 200 millones de kilómetros de la Tierra, para estudiarlo y para recolectar diferentes muestras de polvo y fragmentos de piedra.
La decisión de la NASA de pedir la ayuda de las autoridades eclesiales en esta investigación, parte del hecho de que el Observatorio Astronómico de la Iglesia Católica cuenta con un dispositivo técnico capaz de analizar muestras de los asteroides.
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¿Por qué es importante para la NASA analizar las muestras del asteroide?
El sitio especializado Space.com califica al asteroide como uno de los “más peligrosos conocidos actualmente”, ya que si llegara a chocar con la Tierra, generaría una “perturbación en todo el planeta”.
De acuerdo con las estimaciones de la NASA, la posibilidad de que se presente esa colisión es bastante improbable, de 1 entre 2.700, entre los años 2175 y 2199. Es por esta razón que la comunidad científica ha decidido recuperar muestras del asteroide para estudiarlo, además de que podría dar pistas sobre cómo pudo haberse originado la vida en la Tierra.
¿Por qué la NASA pide ayuda al Vaticano?
Es importante destacar que, aunque pocos lo saben, la Iglesia Católica cuenta, desde la década de 1930, con un importante observatorio dirigido por astrónomos jesuitas que estudian el cosmos, siguiendo los pasos que, desde mediados del siglo XIX, marcó el sacerdote Angelo Secchi, quien construyó una base de estudio en el techo de la Iglesia de San Ignacio de Loyola, en Roma.
Ahora bien, el apoyo solicitado por la NASA es para que el sacerdote Robert J. Macke se traslade de manera temporal al Centro Espacial Johnson, en Houston, a fin de que participe en el proyecto para analizar las muestras recolectadas por la sonda espacial OSIRIS-REx, ya que él creó un dispositivo para estudiar meteoritos.
De la misma manera, se tiene conocimiento de que el sacerdote, además contar con los recursos del observatorio, tiene una colección inmensa de restos de meteoritos, que consta de unos 1,200 objetos inventariados.
Macke es considerado un experto en rocas espaciales con agujeros, y junto con sus colegas del Observatorio Vaticano, ha perfeccionado técnicas para medir la densidad y la porosidad de los meteoritos, así como de rocas espaciales que han sobrevivido a la caída desde el espacio, a través de la atmósfera.
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Con información de xacata.com