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Mexicanos narran su ‘viacrucis’ en Israel tras el ataque de Hamas

Un grupo de 22 mexicanos narra el 'viacrucis' que vivieron en Israel tras los ataques del grupo terrorista Hamás y la contraofensiva israelí.

11 octubre, 2023
Mexicanos narran su ‘viacrucis’ en Israel tras el ataque de Hamas
Grupo de 22 mexicanos originarios de Campeche salen de Israel / Foto: P. Efraín

Desde la fe logró contactar con los mexicanos originarios de Campeche que se encontraban en Israel cuando Hamas atentó contra los asistentes al festival Tribe of Nova, lo que ha desatado una severa contraofensiva en la franja de Gaza.

Con la esperanza de visitar Tierra Santa

“Hoy por la madrugada iniciamos nuestra peregrinación para llegar a Tierra Santa. Santa María del buen camino, haz que lleguemos sanos y salvos a nuestro destino”.

Este fue el mensaje que el padre Efraín Rosales Centeno escribió el pasado 2 de octubre en la página de Facebook de la Parroquia de Santa Cecilia, en la Diócesis de Campeche, junto con algunas fotografías del grupo de 21 feligreses que lo acompañaban en la aventura. Lo que desconocían era que en Jerusalén vivirían su propio ‘viacrucis’ tras los ataques terroristas del movimiento extremista Hamas a Israel.

Durante años, los feligreses de Santa Cecilia habían ahorrado para realizar este viaje a Tierra Santa junto con su párroco. El itinerario era: Turquía, Israel, Jordania y Egipto. Las fotografías de la primera parada fueron compartidas también en las redes sociales de la parroquia, en la que se podía ver al grupo de los 22, disfrutando la Mezquita de Santa Sofía y la Mezquita Azul, en Estambul, así como el Palacio del Sultán y el Mercado del Gran Bazar.

Pero esto fue lo último que posteó el sacerdote antes de que se supiera que el grupo terrorista había atacado a los asistentes al festival Tribe of Nova, que se celebró el sábado 7 de octubre al sur de Israel, y de la contraofensiva israelita en la Franja de Gaza, lo que ha provocó una tensión mundial por los alcances que pudiera tener este conflicto.

Señales de vida

Fue hasta el domingo 8 de octubre cuando, nuevamente, a través de las redes sociales de la parroquia, una feligresa y el sacerdote Efraín publicaron un mensaje en video para informar a familiares y amigos que se encontraban bien y que buscaban, junto con la agencia de viajes, una solución a la situación que estaban viviendo. Pedían oraciones por ellos y por el pueblo de Israel.

En ese contexto fue que el Gobierno de México anunció que enviaría dos aviones para trasladar a los mexicanos varados en Israel, teniendo como prioridad: ancianos, niños, embarazadas y enfermos. En entrevista para Desde la fe, el P. Efraín Rosales explica qué ocurrió a partir de ahí.

Desde la fe (DLF): Padre, ¿dónde se encuentra en este momento el grupo de los 22 mexicanos originarios de Campeche?

P. Efraín Rosales Centeno (P.ERC):  Mira, nosotros ya salimos de la zona de peligro; nos encontramos actualmente en Jordania. Yo sé que ahorita hay mucha situación de amarillismo, morbo, porque hemos decidido continuar nuestro viaje en Jordania y posteriormente hacia Egipto, como se tenía planeado el tour desde un principio.

(DLF): ¿Por qué decidieron continuar el viaje?

(P.ERC): Mira, son varios factores: a veces podemos hablar muy a la ligera sin conocer realmente cuál es el trasfondo de la situación. A nosotros se nos ofreció, de parte del Gobierno de México, que iban a enviar unos aviones para que los mexicanos que estábamos varados en Israel pudiésemos salir. Para ello, teníamos que permanecer en Israel hasta el día de mañana, pero el día de ayer, por la noche, la empresa que nos está trasladando nos explicó que, para protegernos, nos recomendaba salir de Israel y venir a Jordania, vía terrestre. Se le preguntó a la agencia que si de Jordania regresaríamos a México o continuaríamos el tour que teníamos planeado, y la empresa nos sugirió continuar el tour dado que ese era el objetivo inicial, y por otro lado, era muy complicado obtener los vuelos comerciales para todos, pues hay un éxodo. Por ejemplo, hoy estuvimos, desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche en que llegamos al hotel de Jordania, en una fila enorme de autobuses de turistas que están saliendo de Israel, como lo vivió el propio pueblo de Israel tras la liberación de la esclavitud cuando los soldados de Egipto los iban persiguiendo, o como los éxodos que fue viviendo el mismo pueblo cuando fueron deportados; o el éxodo que vivieron José y María con el Niño Jesús, cuando tuvieron que ir a Egipto.

(DLF): ¿Cuál es su sentimiento en torno de lo que está pasando en Israel?

(P.ERC):  Hemos salido de ahí preocupados por la situación de nuestros hermanos en Israel; hay mucho dolor mucho, mucho sufrimiento. No es solamente es lo que estamos viendo en los medios de comunicación: las bombas, los heridos, los muertos. Lo que no vemos es la situación que va a enfrentar este país; eso no se ve, porque estamos viendo cómo se ha afectado el turismo, que es la base de la economía, de la estabilidad emocional de todas estas personas, de familias completas. ¿Cuántos de ellos se sostienen vendiendo comida, limpiando los lugares santos, guiando al turismo? Y todo esto lo lleva a uno a pensar, ¿cuántas familias van a sufrir las consecuencias de la guerra? Hoy las escuelas y los comercios están cerrados en Israel, y es una situación que me duele en mi corazón de sacerdote. Ojalá y podamos hacer algo por este pueblo, que son hermanos nuestros.

(DLF): ¿Por qué no aceptaron el apoyo del Gobierno de México para regresar al país?

(P.ERC):  Estuvimos hablando con el embajador en Israel; nos dijo que venían a Israel dos aviones con cien plazas, cada uno, aproximadamente para unas 200 personas, mientras que el número de mexicanos que estábamos varados en Israel era de alrededor de más de 500 personas. Es decir, no teníamos ninguna certeza: del grupo, quizás tres o cuatro personas podían regresar, pues el protocolo marca que tienen prioridad los niños, las personas mayores de edad, las mujeres embarazadas y los heridos. En el grupo sí hay algunas personas mayores, pero no son todas. Fue entonces que hicimos un discernimiento, y las personas mayores y enfermas dijeron: “no, padre, venimos todos y nos regresamos todos. Porque no nos vamos a quedar contentas de subirnos a un avión y que ustedes se queden en el peligro”. Y si la empresa nos está ofreció la posibilidad de salir todos a Jordania y continuar con el plan inicial, pues continuamos ahora.

(DLF): ¿Tampoco consideraron la opción de regresar de Jordania a México?

(P.ERC): No, primero, porque ya se respira paz. Ciertamente esto podría ser una bomba de tiempo, pero confiamos en el Señor, y Él nos dice: “No tengan miedo. Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo”. Estas palabras han resonado fuertemente en estos días en nuestro corazón, cuando el miedo nos invadía al oír sonar las sirenas por los misiles. Aunque yo he dicho que para mí hubiera sido un honor morir en Jerusalén, en el lugar donde mi Señor murió. Entonces, pues han sido momentos difíciles de discernimiento, de pedirle muchísimo al Señor que nos dé la luz para saber cuál es el camino correcto. Sabemos que muchos hoy están molestos. Están enojados pensando que nosotros estamos paseando, que movimos al gobierno y que preferimos quedarnos; eso no es cierto, no se nos garantizó el regreso a todos, y por eso optamos por quedarnos. Ahora, el hotel de nosotros ya vencía. Si nos hubiéramos quedado en Jerusalén y no nos hubieran subido al avión, ¿qué hubiera sucedido con nosotros? No se nos ofreció ni siquiera un refugio. Nos pusimos a pensar muchos en los peregrinos que hoy nos acompañan, que son feligreses de la parroquia, son hermanos que durante mucho tiempo estuvieron ahorrando con mucho sacrificio para poder venir. Gracias a Dios la empresa nos está garantizando y nos está llevando por buen camino, y pues, a la luz de la fe y a la luz de Dios, optamos todos por continuar. Esperamos en Dios regresar bien y continuar con nuestras vidas, con esta experiencia del viacrucis en carne propia que vivimos en Jerusalén, con los momentos de encierro, con las alarmas, con la angustia, con el dolor del hermano que está sufriendo por esta guerra.

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(DLF): ¿Pudieron conocer algo en Israel?

(P.ERC): Sólo pudimos hacer tres visitas: la Puerta de Sión; la Iglesia de la Dormición de María, y Nazaret. Hicimos en Tierra Santa una ruta mariana, tomados de la mano de nuestra Madre. Me hubiera gustado que mis hermanos, que vienen conmigo, con tantas ilusiones, hubieran podido estar en el Santo Sepulcro o ir al lugar donde nació nuestro Señor, o el Monte Calvario; estos lugares son el corazón de la fe cristiana. Esta es nuestra experiencia: nos llevamos en el corazón una alegría, pero a la vez también nos llevamos cierta tristeza.

Quisiera terminar con algo: no hemos llegado solos a Jerusalén. Muchos de nosotros hemos llegado con un corazón cargado de peticiones, de muchas necesidades, de muchas ilusiones, de todos aquellos que sabían que veníamos a Tierra Santa; miles de peticiones que no pudimos llevar en su totalidad. Eran momentos de consuelo cuando celebrábamos la Eucaristía en el restaurante, donde nos dejaban. De ahí recibimos la fuerza para soportar lo que vivimos.

Por último, quisiera destacar tres cosas: en los momentos de dolor e incertidumbre, permanecimos unidos: las decisiones que se tomaron fueron siempre en unidad, y así hemos seguido; también quiero destacar la paciencia, pues somos conscientes de que nada sucederá que Dios no quiera, y finalmente, la obediencia: nuestro guía siempre nos hablaba claramente del panorama que estábamos viviendo, nunca nos escondió la verdad, los momentos de peligro y otras situaciones. Ahí también vimos la mano de Dios y fuimos dóciles a obedecer.

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Autor

Estudié Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la Universidad Autónoma de México. Desde 2003 soy Editor General de la revista Desde la fe, órgano de formación e información de la Arquidiócesis Primada de México. Me he especializado en la fuente religiosa a través de cursos y diplomados. La tesis de licenciatura es "Exorcismos en el siglo XXI, ¿mito o realidad".