La parroquia que une a los migrantes mexicanos en Chicago
Esta parroquia tiene una comunidad formada, en su mayoría, por migrantes mexicanos.
CHICAGO, Illinois. Esta parroquia es un centro de unión de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Aquí no importa la religión, el sexo, la raza, o si tienen trabajo o documentos. Lo que importa es atender las necesidades de una comunidad que frecuentemente es degradada y que busca refugio.
La iglesia de la Inmaculada Concepción es un centro lleno de tradiciones mexicanas, aquí hay Misas en español toda la semana, convivencias con comida mexicana, festejos a la Virgen de Guadalupe y posadas en temporada navideña.
Está ubicada en el vecindario latino de Brighton Park, al suroeste de Chicago, y recibe a cerca de 3,000 fieles cada fin de semana, la mayoría de ellos migrantes mexicanos o hijos de mexicanos nacidos en Estados Unidos.
Y hay más: la Inmaculada Concepción es el principal centro de ayuda social de la zona, con su proyecto Casa de la Misericordia, anexo a la parroquia, y que imparte apoyo social, psicológico y alimentario.
“Nuestra misión es que todas las personas que lleguen se sientan acogidas y respetadas, no importa religión, sexo o raza”, explica la hermana Consuelo Villanueva, Asociada Pastoral de la Parroquia y miembro de las Hermanas Oblatas de Jesús Sacerdote.
La hermana Consuelo llegó a esta parroquia hace tres años, y asegura que fue un choque cultural, pero que le da gran satisfacción debido a la necesidad espiritual y de compañía que existe en este vecindario.
Entre los servicios que imparte Casa de la Misericordia se encuentra La Tiendita, un centro de ayuda alimentaria con dignidad. “La persona entra y surte su despensa como en un supermercado, escoge lo que realmente necesita, ya sean frijoles, manzanas o lo que sea. Es parte de respetar su dignidad, no es lo que yo te quiera dar como Iglesia, sino permitir que escojan lo que necesitan”, explica en entrevista con Desde la fe.
La Tiendita, abrió sus puertas desde hace un año, luego de dos años de esfuerzos de la comunidad para recabar fondos y transformar lo que antes fue el sótano de la oficina parroquial.
Está abierta jueves y viernes, la condición es que las personas que soliciten el apoyo vivan en el vecindario, aunque una vez al mes abre sus puertas para todos los que requieren esta ayuda.
“La mayoría de la gente que acude son migrantes que no tienen un trabajo fijo. Recuerdo el caso de una señora cuyo esposo fue deportado, y ella se quedó aquí con sus cuatro hijos. Cuando consiguió trabajo regresó, y en agradecimiento donó 40 dólares, que para nada le sobraban”, recuerda.
Una luz en medio de la violencia y la pobreza
La comunidad de la Inmaculada Concepción creció de forma exponencial desde hace cuatro años, producto de los cambios establecidos por su párroco, el padre Manuel Dorantes -de origen mexicano- así como la labor de las hermanas Oblatas, lideradas en la parroquia por la hermana Consuelo.
“El vecindario Brighton Park originalmente era un barrio lituano y polaco, pero desde los años 80 empezó a llegar migración mexicana a este lugar. Ahora la población es predominantemente mexicana y muy joven”, comenta el padre Dorantes.
En Brighton Park viven alrededor de 45,000 personas, de ellas, el 60% tiene entre 18 y 25 años. Se considera un barrio de bajos ingresos y el 23% de la población vive en pobreza, de acuerdo con el sitio web del vecindario.
Brighton Park también se distingue por ser uno de los más violentos de Chicago debido a la proliferación de pandillas y a la violencia por armas de fuego. “Desde que yo llegué, en este barrio, han asesinado a más de 180 personas en cuatro años, muchos de ellos jóvenes”, comenta el padre.
Ante este panorama, los encargados de la Inmaculada Concepción y su comunidad consideran que su labor es unir a los feligreses con Dios, entre ellos y con sus raíces, sobre todo a los más jóvenes que requieren estar en contacto con sus orígenes tanto estadounidenses como mexicanos.
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Un ejemplo de ello es Lucy Sánchez, originaria de Chicago, con padres de Jalisco, y que lidera el coro de la iglesia. “Me encanta cantar especialmente aquí, en esta Iglesia crecí”. Ella y el resto del coro cantan tanto en español como en inglés, han modificado y creado sus propios cantos para hablar sobre inclusión, tolerancia a las diferencias y migración.
Lo que más me gusta de esta comunidad es que somos muy unidos, creamos muchas amistades”, agrega.
Para la hermana Villanueva, el papel de la Iglesia es fundamental en mantener a la comunidad mexicana unida. “Como Iglesia tenemos que estar abiertos a las necesidades de nuestros inmigrantes, latinoamericanos o de todas partes”.