Hoy exhuman a José Gregorio Hernández, el venezolano que será beato

Este 26 de octubre, como un paso previo a su beatificación prevista para los primeros meses del próximo año, serán exhumados los restos del venezolano José Gregorio Hernández, conocido como el Médico de los Pobres.

En junio de este año, la Congregación para las Causas de los Santos con la autorización del Papa Francisco, promulgó el decreto de beatificación de Hernández, quien se convertirá en el cuarto beato en la historia de Venezuela y el primer laico.

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En una reciente entrevista con Vatican News, el cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador apostólico de Caracas, explicó que la exhumación de los restos es un requisito que exige el Vaticano como parte del proceso de beatificación.

El objetivo, explicó, es constatar que los restos del próximo beato siguen ahí y corresponden al acta redactada tras la exhumación de 1975, cuando el cuerpo fue trasladado de un cementerio a la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, donde reposan actualmente.

“Hay que ir a la tumba donde reposan los restos para una inspección que es hecha por médicos patólogos, especialistas, y los fiscales jurídicos de la Iglesia que son como los testigos forenses, quienes dicen que allí hay o no restos humanos”, dijo el Arzobispo a Vatican News.

Además, se extraerán pequeñas reliquias de primer grado para enviarlas a las diferentes diócesis venezolanas y a roma.

“Hay que guardar otras tantas, porque probablemente en el tiempo, y no muy lejano, se crearán parroquias o santuarios en el país, o afuera, y pedirán esa reliquia de primer orden”.

El Médico de los Pobres

José Gregorio Hernández Cisneros nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado de Trujillo, y falleció en 1919 en un accidente automovilístico en Caracas, tras un accidente de coche a la edad de 54 años.

José fue el primero de seis hermanos. Estudió medicina en Caracas con estudios especializados en París, Berlín, Madrid, Nueva York.

Es conocido como el “Médico de los pobres”, pues en lugar de cobrar la consulta a sus pacientes, les compraba la medicina que necesitaban.

En un par de ocasiones intentó abrazar la vida religiosa, hasta que comprendió que dios los llamaba a vivir como laico. Durante la pandemia de la fiebre española atendió con valor a los enfermos, hasta que murió atropellado cuando iba camino a comprar medicinas para una anciana.

Con información de Vatican News.

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