A -50 grados en la Antártida: así se vive la fe en esta capilla tallada en hielo
En la Antártida existe una capilla tallada en hielo donde se celebra la Misa; está dedicada a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves Antárticas.
Existe una capilla tallada en hielo en la Antártida en la que se celebra Misa. Está ubicada sobre el Nunatak Bertrab, en la bahía de Vahsel sobre la costa Confín en la Tierra de Cotas que hace parte de la Base Belgrano II, del gobierno de Argentina.
Se ubica a unos 1 300 kilómetros del Polo Sur y el lugar presenta condiciones particulares: registra cuatro meses de noche polar y cuatro meses de día continuo. Debido a ello, en esta región es posible observar auroras polares durante la noche.
La capilla está dedicada a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves Antárticas. No es la única, pero forma parte de un grupo muy reducido de templos ubicados en esta región del mundo.

Es también “el templo católico más Austral del planeta”, según se afirma en las curiosas crónicas del padre Pablo Daniel Caballero Karanik, entonces capellán castrense en la Armada Argentina (Bitácora de un Capellán, Obispado Castrense, 2019).
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En ellas, detalla que la capilla se encuentra en las inmediaciones de la citada Base Antártica administrada por el ejército argentino, y menciona que durante cada verano es asistida y reabastecida por personal militar.
Llegar al lugar requiere trasladarse en un rompehielos, que avanza entre el hielo del mar de Weddell y va abriendo un canal en el campo congelado, hasta aproximarse a unos 27 kilómetros de la base.
Adoración eucarística en el hielo
También menciona que varias décadas antes, otro sacerdote, el padre Emilio Rezzonico, se convirtió en el primero en celebrar Misa en esa región austral.
Otros pioneros marcarían el inicio de la adoración eucarística en el hielo, como el jesuita Felipe Lérida, quien celebró misa en la Antártida en 1946. El sitio elegido en aquella ocasión fue el observatorio de las Orcadas del Sur.
Ese era el nombre original de la Base Orcadas, la primera base antártica argentina, fundada en 1904 en la isla Laurie, en las islas Orcadas del Sur. Su establecimiento marcó el inicio de la presencia continua de Argentina en la Antártida.
En la Base Belgrano se registran antecedentes relevantes vinculados a la celebración de la Eucaristía. El presbítero documenta que el 10 de enero de 1956 el padre Rezzonico celebró la santa misa en las inmediaciones de la Base Belgrano I —antecesora de la actual Base Belgrano II y hoy cubierta por el hielo—. La Eucaristía se celebró a la intemperie, sobre el hielo y la nieve, con una temperatura de 12 grados bajo cero.
Treinta y siete años después, también un 10 de enero, el padre Caballero repetiría la celebración, esta vez en la capilla ubicada en una gruta polar. Al referirse al episodio ocurrido en 2019, el sacerdote expresó: “Estar allí, en el corazón del hielo, provoca una fruición del corazón”.
En su testimonio añadió: “El sol jamás nos abandona en aquel lugar. Al ingresar los rayos solares estivales, destellan entre los cristales de hielo y nieve, generando un efecto lumínico singular. La capilla queda iluminada con tonalidades azules, creando un ambiente que invita al recogimiento, la devoción y la fe”.
Este sitio presenta otra particularidad: cuenta con un Sagrario destinado a la eventual reserva del Santísimo. El presbítero señaló en su momento que dejó hostias consagradas en lo que consideró el Sagrario más austral del mundo y precisó que el trabajo pastoral en la base se ha mantenido de manera continua.
La pastoral del hielo
Desde 1995 el obispado castrense de Argentina cuenta con un programa específico para la Pastoral en la Antártica. Por medio de este se asiste al personas de las bases, los barcos y el personal antártico, lo que implica la movilización de sacerdotes para campañas antárticas.
De hecho, hay bases que cuentan con sagrario, hostias consagradas y también la asignación de ministros extraordinarios de la Eucaristía. Un reporte relata la designación del obispado castrense, quien haciendo uso del Decreto OCA 158/19 y respondiendo a la solicitud de un capellán castrense (José D´Andrea), respondía al peculiar pedido de apoyar una misión pastoral en la Campaña Antártica 2019/2020.
En ese marco, monseñor Santiago Olivera nombra a seis hermanos de las Fuerzas para cumplir con el servicio “por el tiempo que dure la operación en el continente blanco”.
La Iglesia Católica argentina lo narra de la siguiente manera: “Compartimos esta Eucaristía acompañando a seis hermanos nuestros, que son elegidos por la Iglesia, por Jesús para llevar este pan a los hermanos”.
“En esta celebración, en nombre de la Santa Iglesia, son enviados a nuestra Antártida para llevar la Comunión a los hermanos, allá en nuestras tierras lejanas, llevando la presencia de Jesús y de la Iglesia Castrense. Damos gracias por ser tan generosos, los acompañamos y deseamos que este encuentro con Jesús a través de la Eucaristía los ayude a renovarse en la fe, valorando lo que significa este misterio del pan de la vida”. (Obispado Castrense, Ministros Extraordinarios de la Comunión para el Continente Antártico, 2019).
Arden en el frío para adorar a Dios
La capilla más austral del planeta rinde homenaje a Dios pajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Nieves, en medio de temperaturas que pueden llegar por debajo de los -50 grados centígrados.
Un crucifijo corona el recinto sacro, el cual incluye representaciones del Vía Crucis y una imagen de la patrona de Argentina, la Virgen de Luján. Un sitio helado excepcional que cobra vida al calor de la oración; y arde en presencia de la eucaristía, donde ciencia y fe se funden para adorar al Creador.
¿Cuál es la base militar argentina en la Antártida?
La base alberga el Laboratorio Belgrano (LABEL), dependiente del Instituto Antártico Argentino, así como una estación meteorológica, donde se desarrollan diversas líneas de investigación científica.
En este entorno se realizan estudios sobre la capa de ozono, el anhídrido carbónico y la radiación ultravioleta, además de investigaciones relacionadas con las auroras polares y las variaciones del campo magnético. También se analiza el comportamiento de la ionosfera, los ruidos cósmicos y los llamados silbidos atmosféricos, en parte gracias a un convenio de cooperación entre Argentina e Italia.

