Una madre a su hija medallista en Tokio 2020: “Dios te siga bendiciendo”
Fabiola vivió uno de los momentos más emotivos de su carrera cuando su madre colgó en su cuello la medalla de bronce que ganó en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Uno de los momentos más emocionantes de los ganadores de medallas en los juegos olímpicos y paralímpicos sucede minutos después de la victoria, afuera de la alberca, de la cancha o de la pista, cuando suben al podio y reciben la medalla que los acredita como los mejores deportistas del mundo en su especialidad.
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Pero, cuando quien te entrega la medalla es tu propia madre, la emoción se desborda. Esto le ocurrió a la nadadora mexicana Fabiola Ramírez, ganadora de la primera medalla para la delegación mexicana en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, al obtener el bronce en los 100 metros dorso, clasificación S2.
En esta edición de los Juegos son los propios deportistas quienes toman la medalla y la cuelgan en su cuello. No obstante, si su condición lo requiere, pueden ser asistidos por algún miembro de su equipo… o, en este caso, de su familia.
En entrevista con el diario Excelsior, Fabiola relató el bello momento en que su madre le colgó el bronce:
https://www.facebook.com/FabiolaRamirezAtleta/videos/395041012218292
“Mi mamá estuvo conmigo, ella fue la que me puso la medalla y, cuando me la estaba poniendo, veía sus ojos llenos de lágrimas de felicidad, y me dijo que estaba muy orgullosa de ser mi mamá y que Dios me siguiera bendiciendo”.
“Con mi papá me comuniqué ese día… hasta la noche, él está en México y también me dijo que estaba muy orgulloso, que ahí estaba el fruto de la perseverancia y de la humildad con la que he trabajado”, agregó.
Un sueño cumplido
Con 31 años, Fabiola Ramírez es licenciada en derecho y, actualmente, estudia la maestría en Administración Pública, en la Universidad Anáhuac. Además, está rankeada en el top ten de su especialidad y ha participado en tres Juegos Olímpicos, dos mundiales de natación y tres juegos parapanamericanos.
Comenzó a los 15 años en la natación, como una terapia para tratar la artogriposis múltiple congénita, con la que nació; pero pronto se dio cuenta de sus habilidades y decidió convertirse en atleta de alto rendimiento.
“Es una falta de desarrollo en articulaciones y músculos, en mi caso es general, fue en brazos y piernas”, dijo a Noticieros Televisa, en marzo de 2020.
“Me encanta competir, es lo que más amo, para mí es muy, muy satisfactorio, poder enseñarle al mundo de lo que somos capaces (..) El día que yo tenga un límite voy a dejar de ser Fabiola”.
Fabiola siempre reconoce el apoyo que le brinda su familia, que ha sido fundamental para salir adelante en la vida y el deporte.
En declaraciones para Televisa, su padre Fabián Javier Ramírez, destacó la actitud y la capacidad de la joven para enfrentar y superar los problemas, y aseguró que el amor es el motor para impulsarla y acompañarla en todo lo que se propone
“Es el amor, es el cariño, el entendimiento y el saber que uno fue tocado por Dios para cuidar a una persona”, dijo orgulloso.