La historia de amor, fe y valentía detrás de la foto de esta monja
La hermana Ann Rose, quien funge como partera en un hospital para pobres en Myanmar, se vio de pronto en medio de un conflicto entre manifestantes y el ejército.
A un año del golpe de Estado registrado en Myanmar -o Birmania, como también se le conoce a este país asiático-, la violencia entre la población y el ejército se ha recrudecido, y las expectativas de paz cada vez se ven más lejanas. Por tal razón, lo que este 2 de febrero el papa Francisco exhortó a la comunidad a rezar por reconciliación entre las partes.
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Ahora que también el Papa Francisco ha pedido a la comunidad orar por las religiosas durante febrero, reconociendo la centralidad de su labor en los conflictos mundiales, ninguna foto podría ilustrar mejor ambos pronunciamientos del Santo Padre que la de la hermana Ann Rose Nu Tawng, misma que encierra un heroico acto de amor, fe y valentía que salvó de la muerte a varias personas durante el golpe de Estado en Myanmar registrado hace justamente un año.
La embestida militar
En entrevista para la BBC, la hermana Ann Rose -quien tiene entrenamiento como partera y está encargada de una clínica para pobres en la localidad de Kachin (Myanmar)-, señaló que, en el contexto del golpe de Estado, un grupo de manifestantes se había congregado cerca de dicha clínica portando pancartas que exigían la restauración de la democracia.
“Llegaron camiones cargados con policías y soldados -refirió-, con cañones de agua. Golpearon a la gente, les dispararon y los arrestaron. Las personas corrían y lloraban, algunas se desmayaron… Era como una escena de guerra”.
Un primer contacto con militares
Aquella vez, al ver que la vida de los manifestantes corría peligro, la hermana Ann Rose, en un auténtico acto de amor, fe y valentía, fue hacia los soldados y les pidió que le dispararan a ella. “Estaba lista para morir -dice-. Me consideraba ya persona muerta”.
Lo anterior se registró en febrero de 2021, y cabe señalar que mientras la hermana Ann Rose hacía dicha petición a los elementos del ejército de Myanmar, los manifestantes lograron escapar.
El momento en que se captó la foto
Sin embargo, días más tarde, el 8 de febrero de 2021, otro grupo de manifestantes entró a la parroquia huyendo de los militares, quienes los perseguían, golpeaban y disparaban contra ellos. Luego de que los manifestantes se refugiaron en el templo, los elementos se retiraron de las inmediaciones, pero la hermana Ann Rose intuía que volverían, así que permaneció con ellos.
Fue entonces que algunos miembros de la iglesia le sugirieron que se retirara, porque el escenario era muy peligroso para ella. Por otra parte, los miembros del ejército de Myanmar, que ya habían vuelto, se acercaron al lugar para poder hablar con ella, a fin de que se marchara.
La hermana Ann Rose fue categórica al manifestarles que no podía soportar más viendo gente sufrir, y les dijo que si realmente necesitaban matar a alguien, la mataran sólo a ella. “Yo puedo entregar mi vida”, les dijo.
Y justo ahí fue captada la fotografía: la hermana Ann Rose se arrodilló suplicándole a los elementos del ejército que dejaran ir a los manifestantes. Acto seguido, dos de los soldados también se arrodillaron y le dijeron que ellos sólo tenían que cumplir con su deber, por lo cual le pedían que se apartara.
“Me lo suplicaron -cuenta-, y yo les supliqué que no usaran violencia contra la gente, que no los mataran”.
Si bien la hermana Ann Rose logró detener por un momento la embestida militar en aquella ocasión, al final el resultado no fue el que esperaba, pues todo terminó en un episodio violento que cobró varias vidas.
Lo que es innegable es que la hermana Ann Rose permanecerá como un ícono de ese amor, fe y valentía que caracteriza a muchas religiosas que hoy por hoy se encuentran en zonas de conflicto arriesgando la vida para salvar otras.
La fuerza de Dios
La hermana Ann Rose dice que, cada vez que ve esas fotos, todavía se sorprende de su propia determinación; sin embargo, reconoce que no podría haberlo hecho con su propia fuerza y coraje. “Pude hacerlo porque Dios me dio la fuerza y el coraje para salvar vidas. De lo contrario, también soy un ser humano y tengo miedo a la muerte”.
Cabe señalar que a un año de aquellos sucesos, la hermana Ann Rose refiere que algunos de los sobrevivientes la han visitado junto con sus familiares para agradecerle que les haya salvado la vida en aquella ocasión.
Con información de BBC News