Es monja y utiliza caballos para ayudar a niños con dislexia
Sor Mary-Joy padecía dislexia cuando era niña, pero encontró en los caballos la cura; hoy ayuda a muchos pequeños y adultos.
Antes de ser monja, Mary fue la primera mujer que trabajó en el Cuerpo Nacional de Bomberos de Gran Bretaña. Pasaba aquellos días entre el camión de bomberos y el establo, cuidando de los caballos.
Pronto, muchos niños y niñas comenzaron a llegar para aprender a cabalgar y a cuidar de los animales, algo que Mary aprovechó no sólo para hablarles de Dios, sino también para ofrecerles la posibilidad de superarse. ¡Esta es la historia!
Una infancia con caballos
Según reporta Vatican News en La monja que susurraba a los caballos, cuando Sor Mary era niña no tenía el mejor desempeño escolar a causa de su dislexia, pero siempre tuvo las ganas y la voluntad de aprender a comunicarse con fluidez.
Desde pequeña solía refugiarse en los caballos de la granja familiar y cuidarlos. Pero sin darse cuenta los cuadrúpedos fueron una terapia para su problema.
Y es que, fue descubriendo que existía una forma de relacionarse con los animales, igual de importante y útil que la que existe con los humanos.
Años más tarde, estando ya en el cuerpo de bomberos, donde también estaba al cuidado de los caballos, pensó en compartir su método a muchos otros niños con discapacidades similares.
Y así, poco a poco empezaron a llegar infantes con diferentes condiciones, algunos con casos muy difíciles, tanto sociales como familiares, y se quedaban con ella algunos días. Llegaban de distintas partes de Europa, pues para ellos era como visualizar un nuevo panorama que los ayudaba a aprender mejor.
El sentido de su vida
Aunque para Mary su vida en esos momentos era emocionante, también puso su vida en peligro más de una ocasión. Esas situaciones riesgosas la hicieron reflexionar acerca del significado de su vida y de cómo podía sentirse plena. Fue así como comenzó a vivir su fe en Dios.
Finalmente, tras 8 años de pertenecer al cuerpo de bomberos, se unió como novicia a las Hermanas del Niño Jesús, congregación femenina fundada en Francia por el beato Nicolás Barré.
Con permiso de las superioras, Mary Joy inició su escuela de equitación, y aunque al inicio no tenía muchos recursos para levantarla, las cosas comenzaron a materializarse y con la generosa ayuda económica de algunas personas, logró realizar un centro hípico en un terreno abandonado que encontró.
Hoy el Wormwood Scrubs Pony Centre sigue funcionando después de 30 años de atender a estudiantes con necesidades educativas especiales y jóvenes adultos con problemas mentales o dificultades de aprendizaje; también atienden a personas mayores con problemas cognitivos o discapacidades. El centro cuenta con voluntarios y docenas de caballos, ponis, asnos, perros y gatos.
“Si eres capaz de soñar, sucederá lo que deseas.”, suele decir Sor Mary Joy
Aproximadamente, más de 11 mil personas han sido beneficiadas por el centro y la ayuda de la monja Mary, quien con su amor a Dios y su entrega a las personas de aprendizaje especial, ha podido unir a los humanos con los animales para lograr que lleven una mejor vida.