Frente al problema de la disminución de fieles en las parroquias que han dejado los dos años de pandemia, y el consecuente descenso en la administración de los sacramentos, el padre Michele Madonna, párroco de Santa María de Montesanto, en Nápoles, Italia, decidió salir a las calles llevando un par de sillas a manera de confesionario “ambulante”.
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Dicha medida comenzó a generarle fama en la ciudad, ya que, además de administrar el sacramento, empezó a brindar consuelo a muchas personas que se acercan a hablar con él para desahogar sus problemas, sin que necesariamente sean católicas.
El padre Michele Madonna señala que hace esto por dos razones: “En el Evangelio, Jesús pide evangelizar, ir al pueblo; y también porque el Papa Francisco habla de (hacer de la Iglesia) un ‘hospital de campaña’”.
De manera que, al igual que las ambulancias salen al encuentro de los enfermos, el párroco de Santa María de Montesanto ha querido salir al encuentro de la gente, como él mismo explicó al Napoli Today.
Al comenzar a sacar el confesionario a las calles, el padre Michele Madonna empezó a darse cuenta de que en estos tiempos las personas llevan mucho dolor por dentro, pues la emergencia sanitaria ha provocado divisiones, angustias y soledades; problemas para los cuales Dios es una respuesta.
“Cuando bajo a la calle a confesar -refiere-, noto la necesidad de Dios en la gente; nunca tengo un minuto libre cuando estoy allí: muchos sienten, al verme, la necesidad de acercarse al sacramento. Ha venido gente que se había unido a sectas satánicas, miembros de la Camorra… He visto a gente perdonando de corazón a los asesinos de sus padres…”.
Platica que si bien los napolitanos siempre han sido personas fantásticas y hospitalarias, y que Nápoles ha sido un lugar donde todos los visitantes se sienten contentos por que son acogidos, ahora lo que se ve en la ciudad es “un gran cierre” debido al miedo.
En cuanto a la presencia del padre Michele Madonna en las calles, el medio Il Mattino señala que la cuestión va más allá de la administración de los sacramentos, pues el que esté ahí ofrece tranquilidad a la gente en un momento de gran tensión. “Las personas se paran, le saludan e incluso hablan con él varios minutos sobre sus inquietudes”.
Al respecto, el sacerdote señala que, sentado en la silla que lleva las calles como confesionario, notó que lasEliminar la imagen destacada personas se le acercaban y le hablaban como si lo conocieran de siempre. “Me sonreían como lo hubieran hecho con un amigo, estaban tranquilos a pesar del covid; al menos durante unos minutos, parecía ser un miedo menos inminente de lo habitual”.
Aunque reconoce que el estado actual de la pandemia es muy complejo, el padre Michele Madonna señala que los fieles necesitan más que nunca a los sacerdotes, “ellos deben sentirse tranquilizados por nuestra presencia: no podemos abandonarlos cuando deberíamos ser indispensables.
Este sacerdote que ha ganado gran fama con su confesionario “ambulante” afirma que en ningún momento ha parado actividades, pero siempre ha guardado las medidas sanitarias. “Hay que seguir adelante, con cautela y cumpliendo las reglas, pero sin parar y sin miedo. Cuando me di cuenta de que confesar fuera de la iglesia sería más seguro para todos, no dudé en hacerlo”.
Con información de Religión en Libertad
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