Número desconocido, el documental de Netflix que expone el lado más oscuro del acoso digital
En la era digital, una palabra puede ser bálsamo o veneno. Número desconocido, el documental de Netflix, revela hasta dónde puede llegar el poder destructivo de un mensaje anónimo.
Por: Pbro. Samuel Velásquez Serrano
Una palabra nunca es inocente. Puede ser ternura o puñal, bálsamo o veneno. En el mundo digital, donde la palabra se multiplica en mensajes de texto, redes sociales o correos anónimos, adquiere un poder explosivo: es como una bomba que puede sanar o destruir, salvar o condenar.
El documental de Netflix Número desconocido: el catfish de la secundaria retrata con crudeza un caso real ocurrido en Beal City, Michigan. Durante dos años, Lauryn Licari y su novio Owen McKenny fueron acosados sin descanso por cientos de mensajes anónimos cargados de odio, amenazas y manipulación. Padres, estudiantes y autoridades se enredaron en un torbellino de sospechas.
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La verdad resultó tan perturbadora como dolorosa. Quien los acosaba estaba tan cerca que nadie lo sospechaba. Se usaron aplicaciones para falsificar números telefónicos y hostigar a los jóvenes hasta el límite de casi empujarlos al suicidio. El fiscal David Barberi explicó que su conducta parecía una variante del «síndrome de Munchausen cibernético»: provocar sufrimiento para luego presentarse como indispensable. Una herida no solo psicológica, sino también moral y espiritual.
Este caso revela algo esencial: la palabra, incluso cuando se disfraza de número desconocido, tiene un peso inmenso. Puede levantar o hundir, crear puentes o sembrar caos, como lo narra la Biblia en la torre de Babel, donde la confusión de lenguas desató división y desorientación.
El desafío para las familias es enorme. Los padres no solo deben proteger a sus hijos del ciberacoso, sino también reconocerse a sí mismos necesitados de educación digital responsable, para acompañar con respeto la intimidad de los jóvenes. Este caso nos recuerda que la educación digital debe ser continua, compartida y comunitaria.
Vivimos en una Babel digital, donde los algoritmos y la IA amplifican palabras, emociones y conflictos. En medio de esta confusión, necesitamos lenguajes verdaderos, honestos, compasivos y empáticos. Aquí nace un horizonte nuevo: Pentecostés.
El mundo digital y los grandes lenguajes de IA, creadores de imágenes y algoritmos necesitan de reglas, protocolos y palabras que no confundan sino que anuncien vida y generen esperanza. La fe cristiana enseña que cada palabra revela lo que hay en el corazón. Y en el mundo digital, cada mensaje enviado es una decisión moral: puede ser cuidado y respeto, o un arma invisible contra el prójimo.
“Número desconocido”, tres claves para reflexionar
Poder: la palabra, hablada o escrita, nunca es neutra; puede ser vida o muerte.
Responsabilidad: un mensaje anónimo puede causar confusión, como en Babel, o convertirse en semilla de confianza y cuidado.
Prevención: la comunidad educativa y la familia deben aprender a usar la palabra digital como lugar de encuentro, no de destrucción.