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Card. Aguiar a catequistas: “Dar a conocer a Jesús es lo máximo que nos puede suceder en la vida”

Durante la XVII Semana Arquidiocesana de Catequesis, el Arzobispo Primado de México agradeció a los presentes su valioso trabajo formativo con los catequizandos.   Vladimir Alcántara Este 15 de mayo, el Arzobispo Primado de México se reunió con cientos de catequistas de las ocho vicarías episcopales de la Iglesia capitalina, en el marco de la […]

  • Durante la XVII Semana Arquidiocesana de Catequesis, el Arzobispo Primado de México agradeció a los presentes su valioso trabajo formativo con los catequizandos.

 

Vladimir Alcántara

 

Este 15 de mayo, el Arzobispo Primado de México se reunió con cientos de catequistas de las ocho vicarías episcopales de la Iglesia capitalina, en el marco de la XVII Semana Arquidiocesana de Catequesis. Durante la jornada, que se llevó a cabo en el Seminario Conciliar de México (casa Huipulco), el Card. Carlos Aguiar Retes dijo a los asistentes que es maravilloso ver el amor de Dios en quienes enseñan y dan testimonio de Él, como son las y los catequistas.

El Arzobispo de México les expresó su agradecimiento por su trabajo con los catequizandos, tanto a nivel infantil como a otros niveles, un trabajo fundamental para la vida de la Iglesia, que no se hace por un sueldo, sino que nace en el voluntariado, cuando se descubre una manera de servirle al Señor Jesús.
Les explicó que el Catecismo de la Iglesia Católica se ha ido renovando a lo largo de las décadas que han sucedido al Concilio Vaticano II, antes del cual era sólo a base de preguntas y respuestas, al igual que el aprendizaje de las oraciones. Señaló que, tras el Concilio, se llevó a cabo una gran revisión para poder adecuarlo a los tiempos que la Iglesia preveía que se avecinaban, los de un mundo secularizado, más a molde a los valores de la sociedad que a los de una cultura de cristiandad.

Por otra parte, en un mensaje dirigido a los padres de familia, señaló que no deben llevar a sus hijos al Catecismo únicamente con el objetivo de prepararlos para la recepción de los sacramentos, sino para vivir una experiencia fuerte en la formación de la fe como discípulos de Jesús, que los mantenga en la Iglesia.
Externó que actualmente, si hay algo difícil para la Iglesia, es convocar a jóvenes y adolescentes en las parroquias, pues están metidos en la tecnología; sin embargo, no es una medida efectiva prohibirles el uso del celular, sino que el camino es la formación. De manera –dijo– que si el niño experimenta que la Iglesia es su casa, donde ha vivido el afecto, el cariño, el amor de nosotros, al llegar a adolescente seguirá participando en los proyectos de formación que le presentemos.

En este sentido, señaló que próximamente se reunirá con todos los Obispos de Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla, integrada por ocho diócesis, y con los de la Provincia Eclesiástica de México, conformada por cinco, para homologar los procesos pastorales y definir la edad para recibir los sacramentos; “en una reunión anterior, la mayoría coincidimos en dejar la Primera Comunión hacia los nueve años, después de dos o tres años de curso, y después otros dos o tres años para recibir la Confirmación, a fin de retener a los niños en ese proceso formativo, ya que cuando son niños tienen esa ilusión de recibir el sacramento”.

Para finalizar la jornada, el Card. Aguiar Retes celebró una Santa Eucaristía, en cuya homilía dijo a los presentes que es hermoso ver que han cumplido su tarea de catequistas, la de dar a conocer a Cristo y a su Iglesia. “El Señor se preocupa por nosotros, somos la niña de sus ojos, está pendiente de nosotros; esta experiencia, dicha en oración, nos ayuda a descubrir nuestra propia experiencia de catequistas, y a darle gracias a Dios porque a través de nosotros se ha dado a conocer a Jesús y, por tanto, a conducir a otros a la vida eterna”.

El Arzobispo de México exhortó a los catequistas a no desalentarse cuando se presenten los problemas, ya que son parte del contexto en el cual el Señor los envía, de manera que lo que debe surgir de ellos es mayor confianza en Él, quien les dará la fortaleza para afrontar toda clase de situaciones. “Dar a conocer a Jesús es lo máximo que nos puede suceder en la vida, es la satisfacción más grande que puede ensanchar nuestro corazón para amar.”

Finalmente, les pidió abrir el corazón a sus catequizandos, y compartirles, no sólo la teoría de la doctrina, sino todo lo que les ha significado ser discípulos de Cristo; “eso es muy importante en la Catequesis, así se establecerá una relación espiritual entre catequista y catequizandos, por el Espíritu de Dios, compartiendo la vida a la luz de la Palabra.