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Obispos españoles al Papa contra los abusos: “Santo Padre, no está solo”

En la carta publicada el pasado 23 de agosto, el Presidente de la CEE, en nombre de los obispos españoles, transmite al Sucesor de Pedro “la expresión de nuestro afecto, cercanía y apoyo” en su lucha contra los abusos perpetrados por algunos miembros de la Iglesia.Vatican NewsCiudad del VaticanoEl cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid […]

  • En la carta publicada el pasado 23 de agosto, el Presidente de la CEE, en nombre de los obispos españoles, transmite al Sucesor de Pedro “la expresión de nuestro afecto, cercanía y apoyo” en su lucha contra los abusos perpetrados por algunos miembros de la Iglesia.

Vatican News

Ciudad del Vaticano

El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha dirigido una carta de afecto, cercanía y apoyo al Papa Francisco, desde la ciudad de Medellín en Colombia, en la que ha participado, junto al Secretario general, José María Gil, en el Congreso celebrado con ocasión de los 50 años de la Conferencia de Medellín.

“Anunciar el Evangelio a veces es una cruz muy pesada”
En la carta, del pasado 23 de agosto, el Presidente de la CEE, en nombre de los obispos españoles, transmite al Sucesor de Pedro “la expresión de nuestro afecto, cercanía y apoyo. Damos gracias a Dios por su incansable trabajo pastoral y por su dedicación al ministerio que el Señor le ha confiado”.

Asimismo, el purpurado recuerda cómo en ocasiones, “anunciar el Evangelio con fidelidad y libertad, denunciar con valentía lo que Dios reprueba, pedir humildemente perdón por los pecados y equivocaciones de los miembros de la Iglesia, clérigos y laicos, se manifiesta en forma de cruz muy pesada para Vd. unido en comunión con Jesucristo el Buen Pastor”.

“Santo Padre, no está solo”
En este sentido, el Presidente de la CEE afirma en la carta al Papa Francisco: “Santo Padre, no está solo; la Iglesia pide por Vd. como en otro tiempo por Pedro. Pedimos al Señor que continúe sosteniendo a Vd. en las luchas diarias por el Evangelio, que le otorgue su paz y la capacidad para decir a los cansados una palabra de aliento”.


Carta de la CEE