El Papa en los países bálticos, un desafío pastoral
Carlos Villa RoizA partir de este 22 y hasta el 25 de septiembre, el Papa Francisco realizará un viaje pastoral a las tres naciones bálticas: Lituania, Letonia y Estonia, convirtiéndose en el segundo Pontífice que visite estas naciones, pues San Juan Pablo II lo hizo en 1993.Estos tres países formaron parte del territorio soviético de […]
Carlos Villa Roiz
A partir de este 22 y hasta el 25 de septiembre, el Papa Francisco realizará un viaje pastoral a las tres naciones bálticas: Lituania, Letonia y Estonia, convirtiéndose en el segundo Pontífice que visite estas naciones, pues San Juan Pablo II lo hizo en 1993.
Estos tres países formaron parte del territorio soviético de la antigua URSS durante casi medio siglo. Durante este tiempo fueron despojados de muchas de sus tradiciones y cultura, e incluso, de su lengua, ya que el ruso se convirtió en el idioma oficial que se enseñaba en las escuelas.
En agosto de 1989, unos dos millones de estonios, letones y lituanos formaron una cadena humana de más de 560 kilómetros, desde Tallin hasta Vilna, para exigir la independencia de Moscú. Este sueño se logró en 1991, y desde el 2004 son miembros de la Unión Europea.
Dominik Kustra, misionero polaco y vecino de los países bálticos, quien también vivió aquellos años de sujeción comunista, señaló en entrevista para Desde la fe que “Lituania y Letonia son países de mayoría católica, donde la Iglesia tiene una estructura estable y la cultura, y la tradición cristiana está reflejada en la vida cotidiana de los ciudadanos; sin embargo, en Estonia la realidad es otra. El viaje del Papa a este país es un desafío porque se trata de una de las naciones menos religiosas de Europa, donde el 75 por ciento de sus habitantes no profesan ninguna religión.”
Estudios realizados señalan que sólo para el 14 por ciento de la población de Estonia la religión tiene algún valor. “El viaje del Papa tendrá un sentido de primera misión”, comentó Domink Kustra, integrante de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En Estonia oficialmente había siete católicos en 1970; para 1989, la cifra se elevó a 2 mil. Hoy se estima que hay unos 7 mil católicos y el interés por la vida religiosa viene creciendo. Los sacerdotes que trabajan en diez parroquias provienen de varios países porque solo hay un sacerdote que es originario de Estonia.