El Comité de Inmigración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), exhortó al Presidente Donald Trump a mantener el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), para evitar que miles de jóvenes inmigrantes indocumentados corran el riesgo de ser deportados del país.
“Su decisión de continuar este programa aseguraría que los jóvenes puedan continuar trabajando, estudiando y ser protegidos de la deportación mientras el Congreso debate arreglos legislativos más amplios para nuestro quebrado sistema de inmigración”, afirmó el Comité a través de una carta firmada por el presidente del Comité, Mons. Joe Vásquez; la presidenta de la Catholic Charities, hermana Donna Markham; y la directora ejecutiva de Catholic Legal Immigration Network Inc., Jeanne Atkinson.
En la carta enviada al mandatario, se advirtió que “una decisión de poner fin a este programa” haría que el país dé la espalda a “los jóvenes inmigrantes que están tratando de alcanzar su pleno potencial dado por Dios y cumplir la promesa de devolver con agradecimiento al único país que más han conocido”.
El DACA es una orden ejecutiva firmada por Barack Obama que entró en vigor el 15 de junio de 2012. Su objetivo es proteger a inmigrantes indocumentados que llegaron al país antes de cumplir los 16 años y que han permanecido por más de cinco años.
Si bien no es una ley ni proporciona un estatus legal, el DACA protege contra la deportación y da acceso al Permiso de Trabajo.
Sin embargo, el fin de semana la Casa Blanca indicó que Trump está considerando el futuro de esta orden ejecutiva y que todavía “no ha tomado la decisión”.
La misiva enviada al Presidente señala que desde que entró en vigencia el DACA, “un estimado de 800.000 jóvenes” han sido beneficiados.
“A través de nuestras parroquias y más de 300 organizaciones de beneficencia católicas (Catholic Charities), CLINIC y otros miembros afiliados y agencias asociadas, hemos tenido el privilegio de conocer y trabajar con decenas de miles” de estos beneficiados y que ahora son contribuyentes, veteranos militares, académicos y líderes “de nuestras comunidades”.
El Comité de Inmigración de la USCCB explicó a Trump que “en el corazón de la Doctrina Social Católica está la obligación moral de proteger la vida y la dignidad de cada ser humano, particularmente de los más vulnerables, que incluye a nuestra juventud”.
“Estos jóvenes –recordó– fueron traídos a Estados Unidos por sus padres, cuyo deseo era proporcionar a sus hijos esperanza, oportunidad y la seguridad que nunca podrían esperar en sus países de nacimiento”.
En ese sentido, le aseguraron a Trump que “su administración una vez más tiene una extraordinaria oportunidad para demostrar, tanto ahora como a las generaciones futuras, el espíritu de generosidad y compasión de nuestra nación”.
“Esperamos y oramos para que tome la decisión correcta de continuar el programa DACA en beneficio no sólo de estos increíbles jóvenes, sino también de nuestra nación en su conjunto”, concluye la misiva.
Según cifras del 2016, los beneficiados provienen mayormente de México (439 mil), Guatemala (28 mil), Corea del Sur (17 mil), El Salvador (15 mil) y Filipinas (10 mil). La mayoría reside en California, Texas, Illinois, Nueva York y Florida.
Aci Prensa
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