Miroslava López
El 1 de mayo de 2015, al cumplir 75 años de edad, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel presentó al Papa Francisco su renuncia a la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, como indica el Código de Derecho Canónico, misma que le fue aceptada el pasado 3 de noviembre. Su sucesor será Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, hasta entonces obispo de Tehuacán, Puebla.
En su calidad de Administrador Apostólico, en tanto toma posesión de la diócesis el obispo Aguilar Martínez, tiene celebración programada para el 3 de enero del próximo año, Mons. Arizmendi dice sentirse tranquilo, sereno y en paz, aunque advierte que no faltarán quienes hagan un balance de lo que se ha realizado, haciendo comparaciones y elucubrando cómo será el sucesor.
“Soy consciente de mis limitaciones –asegura el obispo de Chiapas a través de un texto que ha comenzado a circular este miércoles– pero me he esforzado por vivir este ministerio como Jesús y la Iglesia nos indican. Sólo Dios y la historia eclesial nos juzgarán”.
Por lo pronto, adelantó que regresará a su diócesis de origen, Toluca, y se dedicará a atender a personas en confesión y en asesoría espiritual. “Por tanto –aclara– no voy a descansar, a jubilarme, sino a cambiar de estilo de servicio; ya no al frente de una diócesis, sino con mi tiempo dedicado a atender a tantas personas que tienen hambre de ser escuchadas y de recibir una orientación según Dios”.
El rebaño no es una propiedad
Mons. Felipe Arizmendi cita a Su Santidad: “El Papa Francisco ha dicho que el verdadero pastor sabe dejar su cargo en la Iglesia cuando es el debido momento, porque sabe que el rebaño no es su propiedad y él no es el centro de la historia. Un pastor que no aprendió a despedirse, es porque tuvo alguna relación equivocada con el rebaño, una relación que no está purificada por la cruz de Jesús. Una de las cosas que dará paz al pastor cuando se retira, es recordarse que nunca fue un pastor de compromisos”.
Finalmente, el obispo pide orar por él y por el nuevo obispo que llegará a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, “con la confianza de que es el Espíritu Santo quien guía a su Iglesia”.
También exhorta a la comunidad católica de la diócesis a demostrar su madurez recibiendo al obispo Rodrigo Aguilar “con apertura de mente y de corazón, con una colaboración crítica, pero leal y entusiasta, con una disponibilidad humilde y dócil a la vez”.
Mons. Felipe Arizmendi fue ordenado el 7 de marzo de 1991 como obispo en Tapachula, Chiapas, donde permaneció hasta el 30 de abril del año 2000. A partir del 1 de mayo del 2000 comenzó su servicio en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, por lo que han sido casi 27 años de servicio en ese estado del suroeste de México, uno de los más pobres del país.
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