La Virgen devuelta por “Hanna” está en proceso de restauración

Han empezado ya los trabajos de restauración de la monumental escultura de la Virgen de Guadalupe que el pasado 30 de julio fue desenterrada por las corrientes del huracán “Hanna” a su paso por Monterrey. Dicha escultura, 10 años atrás había sido derribada por el huracán “Alex”, y sepultada bajo los escombros que quedaron en el río Santa Catarina en aquel entonces.

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Sobre el tema, el padre José Mena, Director del Museo de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Monterrey, señala que desde el día en que la escultura de la Virgen fue descubierta por el huracán “Hanna”, la feligresía se encuentra festejando hallazgo. Ahora la gente espera el día en que quede totalmente restaurada y vuelva a ser colocada en su lugar original, donde actualmente hay una imagen simplificada de la anterior.

“Y es que en Monterrey ya todos dábamos por perdida esta escultura de la Virgen de Guadalupe. Cuando “Hanna” daba los últimos coletazos de agua, el rostro de la escultura fue visto justamente por unas personas que buscaban fierro viejo, y querían desenterrarlo para venderlo al kilo. Yo mismo creí que se trataba sólo de un fragmento, y pensé en llevarla como pieza al museo. Pero pronto nos dimos cuenta de que la escultura estaba ahí en un 80 por ciento”.

Expertos restauran la escultura de la Virgen

El padre José Mena explica que apenas fue descubierta la escultura, se ofrecieron familias y empresas regiomontanas para apoyar en el traslado de la Virgen a un taller para su restauración, y pronto se formó un equipo de especialistas para tal fin, con el propósito de poder realizar un trabajo digno.

“En este equipo -refiere-, está por ejemplo Alberto Compiani, un famoso restaurador; el ingeniero Manuel Casas, experto en patrimonio industrial, y el ingeniero Mariano Morales, experto en estructuras, por citar a algunos profesionales”.

Un grupo de expertos ya se encuentra a cargo e la restauración de la monumental escultura.

Señala que para el traslado de la escultura de la Virgen a los talleres de la compañía Aceros del Toro -donde está siendo restaurada-, tuvieron que utilizarse grúas muy grandes; pues si bien el peso original de la estructura era de 6.5 toneladas, al ser sacada pesó 7.5, ya que, como todo el interior es hueco, se fue llenando de sedimentos, tierra y piedras, que en total pesan una tonelada, y que ya se comenzaron a sacar.

“La escultura originalmente tenía un color ‘amarillo Vaticano’ -platica el padre Mena-; pero ahora el plan es que quede de un color ocre óxido, pues en la restauración de la escultura es muy importante dejar una huella de su historia, una señal que haga referencia a que pasó 10 años enterrada”.

Hoy ya se están buscando todos los materiales que aseguren la conservación al tiempo de la monumental escultura de la Virgen, misma que tiene un gran significado para los habitantes de Monterrey, pues fue colocada en 1990, para la segunda visita del Papa Juan Pablo II, quien justo frente a ella celebró la Misa del 10 de mayo, en que se festeja el Día de las Madres.

En cuanto a la imagen que hoy se encuentra en este lugar, será trasladada a una parroquia dedicada a la Virgen de Guadalupe, en las periferias de la ciudad, una vez que quede lista la gigantesca escultura de la Virgen, lo cual llevará algunos meses. “En cuanto a las placas de metal que se van retirando por inservibles, pasarán a formar parte del Museo de Arte Sacro arquidiocesano para su exhibición”, finaliza el padre José Mena.

Lo primero que descubrió “Hanna” de la escultura de la Virgen de Guadalupe fue el rostro.

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