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El camarín de la Virgen de Guadalupe, el sitio más codiciado

Diseñado para resguardar la imagen de la Virgen de Guadalupe, dispone de fuertes medidas de seguridad y contadas veces se abre.

12 diciembre, 2018
El camarín de la Virgen de Guadalupe, el sitio más codiciado
El camarín de la Virgen de Guadalupe fue creado como espacio de seguridad.

A 42 años de la construcción de la Nueva Basílica de Guadalupe, en el cerro del Tepeyac, incontables son las miradas que han ingresado al recinto buscando su rostro, que contempla al oriente. Sin embargo, la Virgen de Guadalupe no siempre mira hacia ese punto cardinal; en ocasiones muy especiales, vuelve su amorosa mirada hacia el sur.

Y es que detrás de su retablo se encuentra el camarín de la Virgen de Guadalupe, una bóveda de seguridad de 2.55 metros de ancho por 4.15 metros de largo y 5 metros de alto, diseñada especialmente para la protección de la imagen, así como para su estudio, mantenimiento y culto.

El mecanismo de retracción de la imagen es diseño del arquitecto Óscar Jiménez Gerard y está hecho de finas piezas, como de relojería. Su función es hacer que la imagen, que está inclinada, tome posición vertical y luego gire hacia el camarín, para que una vez dentro quede expuesta y sea de fácil acceso para quien esté dentro de este lugar.

Si bien resalta su función como sitio de resguardo de la imagen ante un siniestro, su función como sitio de veneración también es distinguida. Algunos invitados que han entrado a esta bóveda para estar cerca de la Virgen son el Papa Juan Pablo II, que visitó el camarín en 2002 y el Papa Francisco, en 2016.

El camarín de la Virgen de Guadalupe no cuenta con aire acondicionado ni con otro aparato de regulación climática, pues durante la construcción del recinto mariano se estudiaron las variaciones climáticas en esta bóveda y se encontró que en invierno la temperatura sólo alcanza a descender hasta 19 grados centígrados, y en las épocas de mayor calor apenas sube a 22 grados.

En cuanto a la ventilación que requiere este espacio –protegido por una puerta de seguridad de doble combinación y una reja–, se produce de manera automática al funcionar el elevador sur, que actúa a modo de un fuelle que lleva aire hacia el interior a través de una ventila.

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Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.