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¿Qué pasará con las 12 iglesias que cerraron temporalmente?

El enlace entre la Secretaría de Cultura y el INAH, responde las inquietudes en cuanto al cierre temporal de los templos.

21 enero, 2019
¿Qué pasará con las 12 iglesias que cerraron temporalmente?
El templo de Nuestra Señora de los Ángeles es uno de los 12 templos católicos en la Ciudad de México que fueron dictaminados como no habitables.

Debido al cierre temporal de 12 iglesias en la Ciudad de México –11 católicas– por el riesgo de colapso a causa de los daños sufridos por el sismo del 19 de septiembre de 2017, existe cierta incertidumbre acerca de lo que pasará con estos templos. Para dar una respuesta a estas inquietudes, Desde la fe entrevistó al padre Salvador Barba Maldonado, quien es el enlace y representante de la Arquidiócesis de México con la Secretaría de Cultura Local, el INAH e instancias involucradas.

-¿Es cierto que el Gobierno de la Ciudad de México mandó cerrar 12 templos católicos?

-No. Fue la SEDUVI y Protección Civil de la Ciudad de México quien, a través de un análisis de un DRO certificado (Director Responsable de Obra), giró un dictamen para que de manera preventiva se cierren de forma temporal estos templos, debido a los graves daños que sufrieron los inmuebles, pero sobre todo, por la seguridad la salvaguarda de las personas. La Arquidiócesis de México, la Secretaría de Cultura federal, el INAH y diversas instancias están de acuerdo con este cierre temporal, para dar paso a apuntalar y evitar riesgos hasta que se pueda lograr la restauración de los templos; así poder devolverles su esplendor estructural y poder realizar el culto. Debo insistir en que es de manera preventiva para evitar que sucedas daños mayores a las personas, pues estamos en zona sísmica y sigue temblando, no nos la podemos jugar.

-¿Cómo avala el gobierno que existen daños severos en estos templos?

-Los primeros dictámenes que se hicieron a los templos, días después del sismo del 19 de septiembre de 2017, se realizaron con poca investigación, ya que con la premura y la magnitud no se podía hacer más, para introducirlos al FONDEN. En algunas iglesias, al ver la gravedad de los daños del inmueble decidieron cerrar, y otras permanecieron abiertas a criterio de los sacerdotes.

Durante el cambio de Gobierno en la Ciudad de México, se dieron cuenta que algunos templos que debían estar cerrados, no lo estaban; mientras que en otros templos, los daños no ameritaban el cierre, o sólo en ciertas partes del inmueble. Por esta razón, nuevamente se dieron a la tarea de hacer las visitas con técnicos especialistas para corroborar dichos dictámenes.

A partir de estos dictámenes se giró la orden de cerrar las 12 iglesias de manera temporal, una de las cuales no es católica. De las 11 católicas, 8 ya estaban cerradas y tres seguían abiertas, estas son: Parroquia de San Fernando Rey, Templo de la Santa Veracruz y la Rectoría de la Santísima Trinidad del Centro.

Aún falta realizar y revisar los dictámenes de otros templos con el propósito de verificar los daños del inmueble y determinar si deben o no cerrar.

-¿Los templos permanecerán cerrados para siempre?

-No, lo que ahora procede es que diversas empresas especializadas, avaladas y supervisadas por el INAH, que van a entrar a concurso para llevar a cabo la habilitación del templo, siguiendo los procesos de adjudicación que marca la ley.

Estas compañías están visitando y visitarán las iglesias cerradas (al igual que las que están dañadas, pero abiertas), harán sus propios estudios y presupuestarán su proyecto de restauración.

Aproximadamente de uno a dos meses se hará una licitación para que estas empresas oferten y pueda dar inicio a la remodelación de los templos.

-¿Tiene recursos el gobierno para reconstruirlos?

-Sí, el dinero está ahí, no ha desaparecido; hay muchos candados para disponer de esos recursos, para evitar se desvíen los recursos asignados a la reconstrucción; sin embargo, hay recursos suficientes para todos los templos, incluso el gobierno federal (creo haber escuchado) aumentó la cifra para la reconstrucción de iglesias y de casas.

Está el dinero del Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), pero falta aterrizarlo a las empresas, es decir, falta la licitación que ya les mencioné.

Por otro lado está el seguro del INAH, para las iglesias que son parte de los Monumentos Históricos y del Patrimonio de la Nación.

Los dos recursos se están acomodando según donde se ocupe, no es que cada inmueble tenga destinada cierta cantidad y ya, algunos templos necesitan más que otros; el dinero se va a ir adecuando a la reconstrucción y restauración de cada iglesia.

-¿Cómo pueden colaborar los sacerdotes y comunidades para acelerar la reconstrucción?

-Los sacerdotes y párrocos deben abrir las puertas de los templos a estas empresas; si ellos no dejan que valúen los daños, entonces ¿cómo van a presupuestar, ofertar y licitar para hacer las restauraciones? Si los sacerdotes y las comunidades cooperan, las restauraciones o habilitaciones se llevarán a cabo más rápido.

Ante los cierres de algunas iglesias, total o parcial, pedimos: paciencia, comprensión y colaboración. Debemos abrirnos al diálogo, las autoridades civiles están en toda disposición de exponer sus procesos y avances en cada iglesia; en ellos hay una gran preocupación por restaurar lo más pronto posible. Los veo y acompaño, compartimos nuestras preocupaciones e interés, en muchos momentos nos sentimos rebasados pero animados.

-¿Cómo está trabajando la Arquidiócesis de México con las autoridades para atender esta situación?

-Estamos trabajando al lado de las autoridades para mantener informados tanto a los sacerdotes como a la feligresía, de cómo va el proceso para restaurar estos templos. Todos los sacerdotes de las iglesias afectadas están al tanto de este proceso, para que más rápido se destinen los recursos y las iglesias puedan abrir sus puertas lo más pronto posible. Queda como un capítulo posterior la atención a los bienes muebles.

Diría que nos necesitamos y apoyamos mutuamente, tenemos un interés común: los fieles laicos, el arte y la cultura. Recordemos que la mayoría de los mexicanos somos católicos y nuestras iglesias son signo de identidad cultural. No descuidamos, ni debemos descuidar a los hermanos de otras religiones y mucho menos a quienes se han quedado sin vivienda.

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