Estas monjas rebeldes huyeron de un hogar de ancianos para reactivar su convento
Bernadette, Regina y Rita son tres monjas octogenarias que escaparon de una residencia de ancianos para volver a reactivar su convento.
Cuando Dios ha sembrado la vocación en el corazón, es difícil -y hasta imposible- que esta pueda morir. Y esto es lo que ocurrió con tres monjas austriacas de más de 80 años, que escaparon de un asilo donde las internaron, con el fin de volver a la vida conventual. El mundo las ha llamado rebeldes; sin embargo, para los corazones que tienen fe las reconocen con una vocación valiente.
¿Quiénes son las monjas que escaparon de un asilo?
Sus nombres son Bernadette, de 88 años; Regina de de 86 y Rita de 82, pertenecientes al convento Kloster Goldenstein, en Elsbethen, a las afueras de Salzburgo.
Además de ser un trío octogenario, son las últimas monjas vivas de toda su comunidad, las cuales pasaron gran parte de su vida en el convento que se ubica en un castillo y que además ha sido un colegio desde 1877.
La hermana Bernadette llegó en 1948, cuando todavía era una adolescente; 10 años después, llegó Regina, y la última en llegar fue Rita, 4 años después.
Las tres trabajaban como profesoras en la institución educativa; sin embargo, el número de monjas disminuyó con el paso de los años, trayendo como consecuencia que en 2022 el edificio pasara a manos de la Arquidiócesis de Salzburgo y de la Abadía de Reichersberg, a cargo de los agustinos.
En 2024, la comunidad se disolvió oficialmente, y a las monjas que quedaban se les concedió el derecho a una residencia vitalicia, siempre que su salud y capacidad mental lo permitieran.
Sin embargo, tomaron la decisión de llevarlas a un ancianato católico, donde ellas aseguraron que no se sentían cómodas.
¿Cómo fue que escaparon del asilo?
Para volver al que consideran su hogar, se valieron de la ayuda de un grupo de exalumnas y de un cerrajero que les facilitó la entrada porque cambiaron todas las cerraduras.
Además, descubrieron que los servicios de agua y luz habían sido cancelados.
También contaban con una silla mecánica que les ayudaba a bajar unas empinadas escaleras, pero esta desapareció cuando se las llevaron del convento.
No obstante, y a pesar de todos estos inconvenientes, volver al ancianato no era una opción. “He sido obediente toda mi vida, pero ya fue demasiado”, declaró la hermana Bernadette.
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¿Cómo reaccionaron las autoridades ante este hecho?
Las autoridades eclesiásticas desaprobaron esta situación. En un mensaje oficial, el rector Grasl calificó su decisión como “completamente incomprensible”, pues considera que el edificio del convento ya es inhabitable y no cuentan con los requisitos para una calidad de vida adecuada.
Por otro lado, el rector asevera que las monjas, además de su edad, cuentan con un estado de salud delicado, el cual requiere atención médica.
A pesar de esto, las tres monjas prefieren la vida que han llevado por más de 60 años.
Una comunidad que no las deja solas
A su alrededor, las hermanas Bernadette, Regina y Rita, cuentan con el apoyo de personas que se volvieron su familia a lo largo de estos años.
Poco a poco, han ido reestableciendo los servicios en el convento, además de que la gente les lleva comida y los articulos que necesitan.
También reciben visitas constantemente; muchas de ellas, son de sus antiguas alumnas. Una de ellas es Sophie Tauscher, la cual admite que “Goldenstein sin las monjas simplemente no es posible”.
“Las monjas aquí cambiaron muchas vidas de forma positiva”, declaró Alisha, otra de las estudiantes.
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“Preferiría ir a un prado y entrar en la eternidad de esa manera”
A pesar de las incomodidades del convento y de las atenciones que les ofrecen en la residencia para ancianos, ellas están decididas a quedarse y vivir ahí hasta el último día la vida que juraron guardar el día de sus votos.
“Antes de morir en esa residencia de ancianos, preferiría ir a un prado y entrar en la eternidad de esa manera”, dijo la hermana Bernadette.
Pidamos a Dios para que inflame más vocaciones valientes, aferradas y fieles a sus votos, y que se evite así la desaparición de las comunidades religiosas.
Con información de BBC News.