5 puntos clave del “Documento sobre hermandad” del Papa y el Gran Imán
El documento firmado por ambos jerarcas destaca temas como libertad, paz, justicia, derechos de las mujeres, la religión y la familia.
Al concluir su viaje apostólico internacional a Emiratos Árabes Unidos, el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib, firmaron el “Documento sobre la hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común”, en el que piden a los líderes del mundo comprometerse para difundir la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz.
El documento parte de una reflexión de ambos jerarcas religiosos, en la que se destaca la realidad contemporánea. “Creemos firmemente que entre las causas más importantes de la crisis del mundo moderno están una conciencia humana anestesiada y un alejamiento de los valores religiosos”.
1. Las diferentes crisis
La reflexión también refiere que “las fuertes crisis políticas, la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos naturales —de los que se beneficia sólo una minoría de ricos, en detrimento de la mayoría de los pueblos de la tierra— han causado, y continúan haciéndolo, gran número de enfermos, necesitados y muertos, provocando crisis letales de las que son víctimas diversos países, no obstante, las riquezas naturales y los recursos que caracterizan a las jóvenes generaciones”.
2. Familia: la base de la sociedad
En este contexto, es evidente que la familia es esencial, señalan los líderes religiosos, por lo que “atacar la institución familiar, despreciándola o dudando de la importancia de su rol, representa uno de los males más peligrosos de nuestra época”. También, ambos concordaron en que la vida es un don de Dios y condenaron todas las prácticas que amenazan la vida, como los genocidios, los actos terroristas, las migraciones forzosas, el tráfico de órganos humanos, el aborto y la eutanasia, y las políticas que avalan dichas prácticas.
3. Religión, no fanatismo
Asimismo, el Papa Francisco y Ahmad Al-Tayyib pidieron que se deje de utilizar a la religión para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo. “Que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión, declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre”.
Destacaron la importancia de reavivar el sentido religioso y la necesidad de reanimarlo en las nuevas generaciones a través de la educación, los valores morales y las enseñanzas religiosas adecuadas, con el propósito de “erradicar las tendencias individualistas, egoístas, conflictivas, el radicalismo y el extremismo ciego en todas sus formas y manifestaciones”.
4. Libertad, respeto y paz
Ambos guías religiosos destacaron que, de acuerdo con documentos internacionales precedentes en cuanto a la construcción de la paz mundial, las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz.
Enfatizaron en que la libertad es un derecho de toda persona. “Todos disfrutan de la libertad de credo, de pensamiento, de expresión y de acción. El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos”.
Ambos coinciden en que, a través del diálogo, la comprensión, la difusión de la cultura de la tolerancia, de la aceptación del otro y de la convivencia entre los seres humanos contribuirían para reducir muchos problemas económicos, sociales, políticos y ambientales que asedian a gran parte del género humano.
En cuanto a la protección de lugares de culto como templos, iglesias y mezquitas, enfatizan que es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y las convenciones internacionales. “Cualquier intento de atacar los lugares de culto o amenazarlos con atentados, explosiones o demoliciones es una desviación de las enseñanzas de las religiones, como también una clara violación del derecho internacional”.
5. Defensa los derechos de la mujer, niños, ancianos y los más vulnerables
Ambos jerarcas apuntaron que es una necesidad indispensable reconocer los derechos básicos de las mujeres a la educación, trabajo y al ejercicio de sus derechos políticos. Consideraron la necesidad de proteger a las mujeres de la explotación, y enfatizaron que “se deben de detener todas las prácticas inhumanas y las costumbres vulgares que humillan la dignidad de las mujeres y trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos”.
Por otro lado, condenaron cualquier práctica que viole la dignidad de los niños o sus derechos. “Crecer en un entorno familiar, a la alimentación, a la educación y al cuidado es un deber de la familia y de la sociedad. Estos derechos deben garantizarse y protegerse para que no falten ni se nieguen a ningún niño en ninguna parte del mundo”.
También resaltaron la importancia de protegerlos de diversos peligros, en especial en el entorno digital, pues detallan que el tráfico de su inocencia y cualquier violación de su infancia es un crimen.
La defensa de los derechos de los ancianos, los débiles, discapacitados y oprimidos también se abordaron en el documento, pues el Papa Francisco y Ahmad Al-Tayyib señalaron que es una necesidad religiosa y social que se debe garantizar y proteger a través de legislaciones rigurosas y la aplicación de las convenciones internacionales al respecto.
Al-Azhar y la Iglesia Católica piden que este documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación, y esperan que la declaración se convierta en un “símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y el Sur”.
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