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Asia Bibi, la cristiana pakistaní acusada de blasfemia, es absuelta

Tras la decisión del Tribunal Supremo de Pakistán en el país se han desatado protestas; Bibi pasó nueve años en prisión acusada de denostar a Mahoma. Vladimir AlcántaraEl Tribunal Supremo de Pakistán dio a conocer que anuló la pena de muerte contra Asia Bibi, una mujer cristiana que fue condenada a muerte por blasfemia y […]

Tras la decisión del Tribunal Supremo de Pakistán en el país se han desatado protestas; Bibi pasó nueve años en prisión acusada de denostar a Mahoma.

Vladimir Alcántara

El Tribunal Supremo de Pakistán dio a conocer que anuló la pena de muerte contra Asia Bibi, una mujer cristiana que fue condenada a muerte por blasfemia y que pasó nueve años en prisión.

“Estamos muy contentos, damos gracias a Dios”, comentó Eisham Asiaq, hija de Bibi a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada. La joven se volvió en los últimos años activista por la libertad de su madre.

El Tribunal, liderado por el juez, Saquib Nisar, hizo pública este miércoles la sentencia, que ya habían decidido hace tres semanas pero que mantuvieron reservada en medio de amenazas de muerte contra ellos y contra los partidarios de Bibi.

Tras el anuncio, las protestas estallaron en varias ciudades de Pakistán, entre ellas la capital Islamabad, Karachi, Baldia y Rawalpindi, por lo que las autoridades locales han suspendido servicios en transporte público y algunas escuelas.

¿Quién es Asia Bibi?

Mientras desarrollaba su labor como campesina en la localidad de Sheikhupura, en Pakistán, Asia Bibi introdujo un recipiente en un pozo común con la intención de mitigar la sed, lo que ocasionó el reclamó de sus compañeras de trabajo, musulmanas, que dijeron que había contaminado el agua con sus “impuras manos de cristiana”. Desde entonces, la también madre de cinco hijos, defendió sus ideas.

“Yo creo en mi religión y en Jesucristo que murió en la cruz por los pecados de la humanidad¿Qué hizo su profeta Mahoma para salvar a la humanidad?”, respondió Bibi para defenderse en el año 2009.

Cinco días después, las mujeres acudieron con el imán –la persona que dirige la oración colectiva del islam–, quien la acusó ante la autoridad por el delito de blasfemia contra Mahoma, bajo el argumento de que había dicho otras cosas contra el profeta. Asia fue golpeada, encarcelada y meses más tarde se le condenó a la horca. El hecho se hizo noticia y dio pie a numerosas protestas.

Con apoyo de la presión internacional, se suspendió la condena. Durante estos años, ella se mantuvo firme en su fe católica y se negó a convertirse al islam.

A la par, el partido político radical musulmán Tehreek-e-Labbaik amenazó al Tribunal con que si el veredicto resulta favorable para Asia habrá “peligrosas consecuencias para los jueces”.

No es la primera amenaza en torno al caso, que incluso ya ha cobrado dos vidas: en 2011, Salman Taseer, entonces gobernador de Punyab, fue asesinado por su guardaespaldas por haber hecho pública su inclinación por Asia.

Ese mismo año, el Ministro de Minorías, Shahbaz Baatti, fue asesinado en la puerta de su domicilio. El homicidio se lo atribuyeron Al Qaeda y el Movimiento Talibán, quienes a través de un comunicado amenazaron de muerte a todo aquel que, al igual que el funcionario, se pronunciara por ella.

Por su parte, su defensa se mantiene optimista. “Estoy cien por ciento seguro de que será absuelta. Hicimos un buen proceso”, ha declarado Saif ul Malook, su abogado.