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Una historia de amor al Sagrado Corazón de Jesús

Después de la Guerra Cristera, las religiosas visitadinas anhelaban regresar a México para hacer una reparación espiritual por la gran ofensa que se le había hecho a Jesús.   Abimael César Juárez   El Monasterio de la Visitación de Santa María cumple 70 años de su fundación; este lugar es sin duda un remanso de […]

  • Después de la Guerra Cristera, las religiosas visitadinas anhelaban regresar a México para hacer una reparación espiritual por la gran ofensa que se le había hecho a Jesús.

 

Abimael César Juárez

 

El Monasterio de la Visitación de Santa María cumple 70 años de su fundación; este lugar es sin duda un remanso de paz y de encuentro con Dios en la convulsa y vertiginosa Ciudad de México. En él, actualmente viven 42 monjas de clausura papal.

La historia del monasterio se remonta al año de 1916, cuando 40 religiosas de la Orden de la Visitación de Santa María que vivían en Morelia, Michoacán, se vieron obligadas a salir del país para resguardarse en su casa madre de Madrid, España; esto, como  consecuencia de la persecución religiosa encabezada por el presidente de México Plutarco Elías Calles.

Entre ellas se encontraba la madre María Angélica Álvarez Icaza –actualmente en proceso de canonización– cuya sobrina, Luz María de Icaza, celadora de la Guardia de Honor de la Archicofradía del Sagrado Corazón, habla para Desde la fe sobre las dificultades que encontró la actual Sierva de Dios para regresar a México y fundar el monasterio que se encuentra ubicado en la calle de Campana #47, en la colonia Insurgentes Mixcoac.

Explica Luz María de Icaza que para 1944 ya se habían calmado los ánimos de la persecución religiosa, y la madre María Angélica sentía una gran inquietud por regresar con otras religiosas a México, pues era necesario hacer una reparación al Sagrado Corazón de Jesús por la gran ofensa que se le había hecho durante el conflicto en el que fueron profanados muchos templos.

Para lograrlo –refiere– tuvo que enfrentar muchos obstáculos, entre ellos la negativa rotunda de la madre superiora, quien argumentaba que todavía había mucha inseguridad en el país. Era tanta la insistencia de la madre María Angélica, que incluso un día la superiora le dijo: “Primero muerta que autorizar la fundación en México”, a lo que ella respondió: “No es mi deseo, es algo que quiere el Señor”.

Días después, la superiora se encontraba grave a consecuencia de una embolia; la madre María Angélica la cuidaba a escondidas, pues se sentía responsable de lo sucedido. Cuando la superiora empezó a mejorar y recuperó el habla, lo primero que dijo fue: “Autorizo la fundación de México”.

La madre María Angélica conocía desde Morelia al sacerdote Luis María Martínez. Él había sido su guía espiritual, y nunca dejaron de estar en contacto por medio de cartas.

La misión no era fácil, pues para fundar el nuevo monasterio tenían que viajar a México ocho religiosas, a quienes se les debía pagar sus pasajes y estancia, y no había recursos económicos para ello. Pero una cuñada de la madre María Angélica les ayudó con los gastos para que pudieran establecerse en una casa en la calle Hamburgo de la Ciudad de México; sin embargo, las condiciones para las monjas de clausura no eran las adecuadas, por lo que decidieron dejar aquella casa.

Explica Luz María de Icaza que fue con la ayuda de su familia, de un grupo de educandas a quienes habían formado en Morelia y de Mons. Luis María Martínez –quien para entonces era Arzobispo Primado de México– como lograron comprar e instalarse en 1948 en la casa que habitan actualmente. Pero fue hasta julio de 1949 cuando se instituyó formalmente como Monasterio de la Visitación, se restituyó la guardia de honor y se solicitaron los permisos para que el convento fuera el Centro Nacional de la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús.


En el Monasterio de la Visitación de Santa María actualmente hay 42 monjas de clausura que pasan sus días dedicadas a la oración constante, por las necesidades de la Iglesia y del mundo general.