Cine: Los niños de Irena Sendler
“Si ves que un hombre se ahoga, debes tratar de ayudarlo, incluso si no sabes nadar”. Antonio Rodríguez ¿Qué es un héroe? Tal parece que la concepción actual de heroísmo está trastocada por el prefijo “súper”: superhéroe. Y no es de extrañarse porque las marquesinas del cine están repletas de películas con temáticas […]
“Si ves que un hombre se ahoga, debes tratar de ayudarlo, incluso si no sabes nadar”.
Antonio Rodríguez
¿Qué es un héroe? Tal parece que la concepción actual de heroísmo está trastocada por el prefijo “súper”: superhéroe. Y no es de extrañarse porque las marquesinas del cine están repletas de películas con temáticas de personajes de comics, lo cual no tiene nada de malo, ya que este tipo de cine está hecho para entretener.
El problema con el prefijo “súper” es que dota a los héroes de poderes o dones más allá de lo meramente humano, y esto en muchas ocasiones evita que los reflectores se enfoquen en los héroes de carne y hueso, en los héroes sencillos y humanos.
Irena Sendler era hija de un médico polaco que falleció en 1917 a causa de tifoidea. Cuando el régimen nazi invadió Varsovia (Polonia), ella tenía como misión hacer trabajos médicos y sociales en el gueto judío; al ser católica, no era parte de esa cacería, pero corría el riesgo de morir como su padre, pues las condiciones insalubres provocaban toda clase de de infecciones; la gente moría por alguna enfermedad, por hambre o por las balas.
Irene camina sobre el piso enlodado y entre militares armados. El ambiente en el gueto es aún más turbio: balas, soldados, enfermos y muerte. Por doquier hay montañas de basura, y a veces, niños buscando alimento en la inmundicia. La joven enfermera mira con tristeza a un par de hermanos –chica y chico– que se abrazan temblando, ya sea por frío, miedo o hambre, o una mezcla de todo eso; ella se acerca y les regala un poco de pan, buscando aliviar por lo menos una de sus dolencias.
Aquella imagen de los dos hermanos moribundos no logra salir de su cabeza durante toda la noche; sabe que un trozo de pan no arregla mucho. Al día siguiente, buscando a los chicos, se encuentra con la sorpresa de que el menor no logró pasar la noche, y la pequeña sigue en el piso tiritando de frío. Irena sabe que, a pesar de todo pronóstico, puede y debe hacer algo, y es así como, junto con un pequeño grupo de resistencia, organiza un plan para sacar poco a poco a los niños del gueto.
Los niños de Irena Sendler es una película del año 2009 realizada para distribuirse en televisión, y si bien está ambientada correctamente, el filme queda a deber un poco, pues cojea del guión, el cual no logra retratar de forma directa los hechos acontecidos. A pesar de lo anterior, vale la pena mirarlo para conocer la historia de una mujer que decidió ser madre sin dar a luz, protegiendo a los hijos desvalidos de familias rotas; es ahí, en esas pequeña grandes historias, donde radica el verdadero heroísmo, el real y humano.