Padres desobligados: ¿Estereotipo o realidad?
Cuando hay un divorcio, muchos hombres se desentienden de su paternidad, pero esto no ocurre en todos lo casos. ¿Es bueno generalizar?
Cuando hay un divorcio, muchos padres son desobligados, pero ¿esto ocurre en todos lo casos?
“¿Dónde está papá?”, suele ser una pregunta tan inocente, que no tardamos más de tres segundos en responder. ¿Pero qué sucede cuando esta pregunta la hacen los niños en medio de una separación o de un divorcio?
¿Qué pasa con los hijos en un divorcio?
Cuando un matrimonio se rompe, ciertamente los estereotipos se inclinan a señalar que la madre es la indicada para formar a los hijos, la que tiene todo lo que los niños necesitan para desarrollarse. Y, por el contrario, existe la idea generalizada de que el hombre es un desobligado, incapaz de peinar a su hija, de hacerse cargo de que tenga comida caliente. Sin embargo, en muchos casos estas son ideas equivocadas.
Por qué no es bueno generalizar que los padres son desobligados
Es muy cierto que, cuando hay una ruptura, muchos hombres se desentienden de su paternidad y a las primeras de cambio huyen, dejando en el abandono a la mamá y a los niños. Pero generalizar puede resultar dañino en una gran cantidad de casos. Hay hombres que quieren ser papás en toda la extensión de la palabra, y muchas veces se enfrentan a un infierno al entablar batallas legales para poder estar con sus hijos.
Hay miles de casos en que los problemas de pareja se ventilan en los juzgados, y en los que tristemente la mayoría de las veces los arrebatos de una de las partes derivan en un perjuicio contra los hijos, quienes quedan en calidad de rehenes o trofeos de guerra.
Los derechos de los niños
El sistema judicial en México ha dado pasos importantes en materia de protección a los hijos, sobre todo a partir de la aparición de la figura del Interés Superior del Menor, que establece que los derechos de los niños tienen prioridad; es decir, no es que el papá o la mamá tengan derecho a convivir con sus hijos, sino que son los hijos los que tienen derecho a convivir con los papás.
Esto debe llamar a los jueces y tribunales a un cambio de paradigma, y dejar de suponer que la mujer es por default garante del mejor cuidado de los niños, y considerar que cada caso es único, a fin de evitar cometer injusticias. Es prioritario que socialmente contribuyamos a cambiar esa visión, ¡por el bien de los niños!
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