Por qué no debes criar a tus hijos a base de amenazas
Los padres a menudo recurren a amenazas de castigos exagerados como una herramienta para controlar el comportamiento de sus hijos.
La crianza de los hijos es un viaje lleno de desafíos, y una de las áreas más delicadas es la disciplina. Los padres a menudo recurren a amenazas de castigos exagerados como una herramienta para controlar el comportamiento de sus hijos. Pero, ¿qué sucede cuando estas amenazas no se cumplen? ¿Cuál es el impacto en los niños y en la dinámica familiar en general?
Ultimátums desesperados
Cuando los padres amenazan a los hijos con castigos extremos, como quitarles todos los juguetes durante un año o prohibirles salir durante meses, a menudo lo hacen con la intención de disuadir comportamientos no deseados. Estas amenazas pueden surgir del estrés, la frustración o la falta de recursos para manejar el comportamiento de los niños de manera efectiva. Sin embargo, lo que puede parecer una solución rápida en el momento, puede llevar a complicaciones a largo plazo.
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El incumplimiento
La mayoría de las veces, dichas amenazas no se cumplen. Esto puede deberse a una variedad de razones, como la falta de seguimiento, el cambio de opinión de los padres o simplemente porque el castigo propuesto no es realista. Cuando los niños descubren que las amenazas no se cristalizan, puede tener efectos negativos.
3 consecuencias en los hijos
- Pérdida de confianza. Los niños comienzan a desconfiar de cualquier cosa que los padres aseguran.
- Desensibilización. También se vuelven insensibles a las amenazas, aún si estas so realizables o legítimas.
- Confusión. Los niños no saben qué esperar, bien en un ambiente de incertidumbre inseguridad.
3 consecuencias en los padres
- Frustración. Los padres pueden llegar a sentirse fuertemente frustrados por su incapacidad para controlar a los hijos.
- Conflictos familiares. Esto sucede sobre todo si los padres no están de acuerdo sobre cómo manejar la disciplina.
- Perpetuación del ciclo. El patrón de crianza, amenazas-incumplimiento-desobediencia puede perpetuarse y generar comportamientos negativos.
3 alternativas a las amenazas
- Disciplina. En lugar de amenazar con castigos que no se pueden cumplir, avanzar juntos sobre programas de actividades en familia.
- Comunicación. Dialogar sobre las consecuencias de ciertos comportamientos, de manera clara, realista y coherente.
- Reforzar lo bueno. Elogiar el buen comportamiento puede ser más efectivo que amenazar con castigos.