Familia

6 recomendaciones para sanar después del suicidio de un ser querido

¿Cómo podemos superar la muerte de un ser querido por suicidio y qué recomendaciones podemos seguir para sanar ese gran duelo que nos deja esa pérdida?

La muerte de un ser querido representa siempre un gran dolor para la familia y amistades, pero este se acrecienta aún más cuando esta partida es producto de un suicidio, ya que emocionalmente puede ser devastador por la conmoción y la angustia que genera dicho acto entre quienes quisieron a la persona que recurrió a dicho acto, ya que deben lidiar con una serie de emociones que resultan conflictivas.

Ante el caso del suicidio de un familiar o alguien muy cercano a nuestro entorno, cada persona puede reaccionar de manera diferente, por lo que no se puede asegurar que exista una forma “adecuada” o “inadecuada” de actuar, porque normalmente se presentan una serie de conductas, pensamientos y emociones diferentes entre quienes viven una pérdida por esta causa.

Así, entre las reacciones emocionales que se pueden presentar por el duelo de un suicidio podemos mencionar la culpa irracional, la estigmatización social y los pensamientos reiterados buscando el por qué se presentó el hecho, llegando incluso a presentar actitudes como el ocultarse y la vergüenza.

6 recomendaciones que te ayudarán a sanar luego de vivir un suicidio

Vivir una experiencia tan trágica como lo es el suicidio de un ser querido deja una huella profunda en las familia, por lo que es difícil enfrentar el duelo, en primer lugar, y luego el proceso para sanar, ya que cada persona enfrenta ese episodio de manera diferente.

A partir de lo anterior, la Asociación Que Se Escuche Fuerte Mi Grito, en voz de su presidenta y fundadora Mayte Herrera Legorreta, quien vivió el suicidio de uno de sus hijos, nos presenta 6 recomendaciones que pueden ayudar a sanar a quienes, al igual que ella, sufrieron una pérdida de esta manera.

1.- No fue un acto deliberado para dañar a los demás

En primer lugar los padres, madres y familiares que hayan perdido a un ser querido por suicidio deben comprender y entender que no fue un acto deliberado con el que pensaban dañar y causar un dolor enorme a sus familiares y amigos.

“No, ellos están imposibilitados para pensar. Entonces los papás y las mamás y los que los rodeaban deben reconciliarse con la idea de que tu ser querido murió porque en ese momento en su mente y en su cerebro no encontró otra salida. No es que lo haya hecho pensando en dañar, hay que reconciliarse con esa idea”.

2.- No fuimos culpables de lo que sucedió

Si bien es cierto que el suicidio deja un dolor muy fuerte, los padres y familiares deben dejar de lado cualquier culpa irracional que sientan hacia ellos por no haber “podido hacer algo” para evitar esa tragedia, porque está demostrado que si no se tiene conocimiento sobre esta problemática difícilmente se pueden llegar a detectar las diversas señales que muestra una persona y que la pueden llevar a hacerse daño.

“A mí no me gusta que los papás se dañen cuando escuchan que yo digo que el suicidio de mi hijo se pudo haber prevenido. Yo estoy diciendo que se pudo haber prevenido si yo hubiera visto en él las señales, pero yo no las vi y no las vi no por ser una mala mamá, sino porque no las conocía.

“Uno no lo ve en el momento, eso es importante que los papás lo entiendan, los hermanos, los mejores amigos, que entiendan que si ellos hubieran podido habrían hecho algo diferente. Ahora lo entiendes porque lo ves desde fuera, pero en ese momento ni tu ser querido, ni tú, pudieron hacer otra cosa”.

3.- Hablar ayuda a sacar el dolor

El hablar del suicidio sana mucho. Para muchos, parte del dolor es que no han podido sacar ese sufrimiento porque lo traen como una vergüenza. El suicidio es una tragedia, no es un escándalo. Perdiste a tu ser querido, no importa la manera en cómo ocurrió, porque la gente se enfoca en cómo murió. Perdiste a tu hijo adorado y se merece todo el amor del mundo, como tu hermano, tu tío, tu papá o cualquier persona que haya muerto por enfermedad o un accidente.

“A mí me ha ayudado a sanar el compartir mi historia, el tratar de que otras personas vean lo que yo no vi, pero no es en ningún momento la intención de dañar a los que perdieron un hijo por suicidio, que se sientan culpables, porque la culpa es irracional”.

4.- Visibilicemos el tema del suicidio

Independientemente del dolor que puede ocasionar el hecho de que tu ser querido haya muerto por suicidio, es importante que en medio de la tristeza empieces a visibilizar el tema del suicidio porque eso además de ayudarte a superar el hecho puede ayudar para impedir que le suceda a otras personas.

“Eso te da paz en el corazón, al menos a mí me da paz en el corazón. El saber que a la mejor mi historia puede ayudar a otros a detectar lo que yo no vi”.

5.- Acércate a Dios para que te reconforte

Una de las recomendaciones más importantes que puedes seguir para sanar por el suicidio de un ser querido es acercarnos a Dios. Debemos cambiar la narrativa que afirma que quien se suicidó y se quitó la vida, tomó la puerta falsa o tomó la puerta fácil, porque no es así. Ellos murieron por suicidio, como pudieron haber muerto por otra enfermedad, porque el suicidio es provocado por una enfermedad que muchas veces viene de una experiencia traumática

“Tenemos que abrir la mente, abrir el corazón, con mucho más razón los que creemos en Dios y tenemos fe. Para mí Dios es infinitamente misericordioso y yo lo veo así. Acércate a Dios, esto no te lo mandó Dios. Hay que quitarnos esa idea de que es un castigo que me mandó Dios. ¡No!”.

6.- Transforma tu dolor en paz

Por más difícil que sea, debemos asimilar el suicidio de nuestro ser querido como algo que ya sucedió y ahora debemos enfocarnos en ver la manera en cómo podemos transformar ese hecho y el dolor que tengamos en algo positivo, porque tenemos que ser conscientes de que una pérdida de este modo nos terminan transformando.

“El dolor te transforma y la transformación puede ser algo bello. Puede sonar bizarro pero el dolor me ha transformado de alguna manera, me permite ver cosas que antes no veía y ver con compasión los comentarios de la gente que antes me hubieran enojado, porque entiendo que muchas veces lo hacen por miedo a la situación y no porque la gente sea mala por naturaleza. Debemos utilizar esto que vivimos como una manera de transformar el dolor en algo que te pueda traer paz”.

Jorge Reyes

Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM, con una trayectoria de casi 30 años como periodista, en Reforma, El Centro y Notimex, y funcionario de comunicación social en dependencias de gobierno y legislativas. Actualmente trabaja como periodista especializado en temas de religión.

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