cuarto domingo de pascua

NO, DIOS NO QUIERE que estemos ciegos, y aunque alguien tenga esta cualidad desde nacimiento o a causa de enfermedad o accidente, ya son familiares, amigos, médicos, o la sociedad civil, quienes van proveyendo para que la ceguera sea llevadera con menor dificultad… SIN EMBARGO, HAY un tipo de ceguera -¡terrible!- que no afecta precisamente a los ojos sino a nuestra inteligencia y voluntad, y para hablar de ella recuerdo el dicho que reza así: no hay peor ciego que el que no quiere ver… DESDE NERÓN HASTA Hitler, por no contar los anteriores y los más actuales, montón de dictadores, tiranos, sátrapas, déspotas, régulos, autócratas, negreros, calígulas tropicales y mussolinis sudamericanos, así como atilas africanos hambrientos de más dominio, husseines norteamericanos o videlas europeos, todos han tenido el mismo y pésimo mal: ciegos de poder, incapaces de ver más allá de su propia imagen y conveniencia, desconfiados hasta de su propia sombra… HOY ES EL 4º DOMINGO de Pascua y habría que tocar el tema del Buen Pastor, de Jesús que va delante de sus ovejas y las llama por su nombre, que las congrega en un solo redil, que da la vida por ellas; consciente y convencido de que hay tantos en ésta y en otras publicaciones semejantes que ya abordan el tema, consideré mejor hablar de su antítesis, es decir, de los falsos líderes, de quienes llegan a estar a la cabeza pero son peores que patas, de quienes reciben autoridad pero acaban autoritarios… EL PROPÓSITO DE ESTE TEMA no es que te desinfle los gozos auténticos de pascua ni que te amargue las dulzuras propias de abril, sino de seguir alertas para evitar que las nuevas “mafias del poder” –tan cíclicas como ciclópeas- se solacen en sus desmanes o tengan mayor margen de engorda; así que aguanta un poco y atiende a lo siguiente… DIOS ES LUZ Y EN SU LUZ podemos ver a profundidad los designios que Él tiene para la humanidad en su conjunto y para los humanos en su individualidad; cuando respetamos su lugar en la persona, en la familia, en la sociedad, ciertamente podremos evitar la diabólica ceguera que termina por impedirnos ver más allá de nuestra piel, más allá de nuestro egoísmo… BUSCA EL COMÚN denominador, y toda la runfla de reyezuelos –actuales o pasados- antes de oprimir a los hombres y perseguir a sus adversarios, o dejaron de pensar en Dios o lo manipularon para sus fines perversos, terminando por destronarlo incluso a Él; en otras palabras: no es otra trama y tema sino la de la misma “serpiente antigua” como se le llama al diablo en el libro del Apocalipsis (12, 9)… AFIRMACIÓN COMÚN es que en ambientes de política el poder enceguece, y el poder absoluto enceguece absolutamente; sin embargo, hay un antídoto histórico para que quien llega a tener una autoridad no acabe viéndose su propio ombligo, oyendo su propio pensamiento en la voz de sus lacayos, y manchando sus manos de sangre ajena, ¿quieres saber cuál es?... LAS PALABRAS DE JESÚS ante Pilato son claras y directas (Jn 19, 11), y ahí está la clave para que quien está a la cabeza no acabe revolcado en sus propios excesos, lavándose las manos y manteniendo el corazón peor que chiquero: Tú no tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de lo alto… GOBERNANTES NOBLES, reyes entregados a su pueblo, líderes que son ejemplo rotundo para todos, presidentes y dirigentes modelo, autoridades que destacan en el servicio, también tienen un común denominador (¡sí, se parecen a Jesús, Buen Pastor!): antepusieron el Nombre y el Honor de Dios con sinceridad al cumplir su tarea con humildad, al presidir a sus súbditos con generosidad, al liderar a tal sindicato o agrupación con lealtad; como quien dice: primero Dios y luego lo que venga… MENCIONARÉ TRES o cuatro nombres –tal vez más- de personajes que ejercieron una autoridad o liderazgo y supieron ver, más que con los ojos del cuerpo, con la dichosa y luminosa mirada que Dios permite a quien le teme y sigue sus caminos (Sal 128, 1): Nelson Mandela, Martín Luther King, Julius Nyerere, Mahatma Gandhi, Abraham Lincoln, Ranjit Singh, Isabel de Trastámara, por no mencionar a otros que suman la discreción a su calidad de buenos pastores… Más artículos del autor: La auténtica esperanza *Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.

cuarto domingo de pascua

Dios no quiere que estemos ciegos

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