Reconciliación para alcanzar la paz
Hacemos un llamado a nuestra presidenta electa a construir una reconciliación con bases sólidas.
En pleno proceso de transición y a unas semanas de que la presidenta electa Claudia Sheinbaum rinda protesta en el máximo cargo público de gobierno, hacemos un llamado a trabajar juntos como país por la reconciliación.
Cuando hablamos de reconciliación no nos referimos a una paz frágil, mucho menos a un abrazo impuesto o a un compromiso que solo busca tener contentos a grupos que piensan diferente. Una reconciliación que tenga estas bases individualistas y con intereses parciales corre el riesgo de romperse rápidamente.
El camino a la reconciliación no significa decidir por el otro, y tampoco encasillar a todos en esquemas preestablecidos; no es una lucha de buenos contra malos o un enfrentamiento de ideologías. Significa aprender a caminar juntos.
Cuando hablamos de reconciliación nos referimos a reconciliarnos con los hechos que nos han dolido, que han causado sufrimiento, con la memoria herida y las injusticias sufridas.
Hablamos de reunirnos para renovarnos y crecer juntos. Encontrarnos en ese lugar donde se deja de pensar egosta e individualmente para reconocernos hermanos mirándonos a los ojos, abrazando nuestras historias y diferencias.
Hacemos un llamado a nuestra presidenta electa, a su grupo de trabajo, y a todos los políticos electos que pronto tomarán posesión, a impulsar durante este periodo de transición el camino para construir una reconciliación con bases sólidas, que ayude a superar los conflictos que nos dividen, fortalecer la unidad nacional y abrir las puertas al diálogo y la escucha mutua.
Estamos convencidos que así podremos alcanzar la paz social.
Invitamos también a los ciudadanos a unirse a este esfuerzo colectivo por la reconciliación, pues la construcción de un país unido requiere la suma de esfuerzos. Además, la mayor parte de las actividades de reconciliación ocurren en grupos pequeños, en las familias, entre los amigos, en el trabajo, y de ahí crecen hasta fortalecer una acción que puede unir a millones.
Nos sumamos a la invitación de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y a la intención mensual del Papa Francisco, pidiendo a Dios por la esperanza de construir un país renovado y fortalecido desde la reconciliación.
Recordemos el mayor testimonio y ejemplo de reconciliación: el de Jesús en la cruz, que abraza a todos y a todo, que nos muestra la paz que viene del corazón. Pidámosle a Él los dones para ser constructores de paz y reconciliación.