A través de la página web de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha hecho público un proyecto de sentencia que se ha enlistado para el próximo 14 de junio, en la sesión de la primera sala. Este proyecto de sentencia busca dar respuesta a un amparo en revisión proveniente del estado de Yucatán, presentado por una persona que en una Navidad se sintió agraviada porque vió en un edificio público del ayuntamiento el típico “Nacimiento”; es decir, el pesebre con la figura de la Sagrada Familia.
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El proyecto de sentencia que se ha dado a conocer, fue corregido, ya no es exactamente igual que en noviembre pasado, cuando se retiró el tema de la agenda de la Corte. Pero se pueden ver con preocupación algunos detalles de dicho proyecto, en caso de confirmarse:
Primero, llama la atención que se busque amparar un sentimiento, ya que la presentación de símbolos religiosos es algo cotidiano en las sociedades, ya sea en aquellas en las cuales hay una fe mayoritaria, o en las que conviven varias; es común que las personas se identifiquen públicamente con su fe, y que sus festividades también las hagan públicas, no con el afán de agredir a las personas que no comparten esa misma fe, sino por orgullo propio de su festividad. Manifestar que una expresión de fe pública agrede una sensibilidad personal y por ello es importante amparar a aquellas personas que se manifiesten así, nos llevará cada vez mas a una sociedad intolerante, en lugar de promover la tolerancia y el respeto.
Segundo, considerar que la manifestación cultural de la religión debe pasar por el escrutinio constitucional para evaluar si se viola el estado laico o no, parece no tener antecedente alguno. Inclusive existen sentencias de tribunales internacionales en las cuales se reconoce que la manifestación cultural de la fe no puede considerarse una violación a la libertad religiosa de quienes no comparten la misma fe. La propuesta del proyecto alarma por sus posibles alcances al poner bajo la lupa cualquier manifestación cultural para evaluar su contenido religioso.
Tercero, el tono del proyecto parece poner especial énfasis en las manifestaciones públicas que tengan que ver con la Vida y Obra de Jesucristo. Es claro que el origen de este juicio es una representación del Nacimiento de Cristo, pero la evaluación del posible daño no demostrado, debería hacerse desde la perspectiva objetiva si cualquier manifestación pública religiosa es potencialmente agresiva para quien no comparte la misma fe, en lugar de centrarse en el cristianismo como el ofensor de quienes no lo comparten.
Hacemos votos para que los ministros de la Corte, hagan una ponderación adecuada de la identidad y cultura mexicana, respetando con ello la libertad religiosa, el respeto entre las personas, que inclusive siendo servidores públicos tienen derecho a profesar una fe, sin que esto signifique imponerla a los demás, y la tolerancia entre los diferentes. Hablando del “orgullo”, es importante permitir que las personas puedan mostrar con orgullo su fe, sin temor a ser censuradas. Porque en un estado laico, la fe tiene que ser personal, pero no privada.
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