¡Ánimo frente al nuevo ciclo escolar!
El desafío educativo no sólo es un reto al interior de la Iglesia, sino principalmente como el gran servicio al mundo.
El tema de la educación ha estado de manera muy presente en el Pontificado del Papa Francisco, así como en la Iglesia posterior al Concilio Vaticano II.
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En septiembre del 2019, previo a la Pandemia COVID-19, el Papa Francisco anunció que promovería un Pacto Educativo Global. En octubre del 2020, lo lanzó a diez días de haber emitido su tercera encíclica social Fratelli Tutti.
Entiende el desafío educativo no sólo como un reto al interior de la Iglesia, sino principalmente como el gran servicio al mundo. Frente a la nueva época que vivimos, que tiene como principal característica lo global, la casa común, es urgente actualizar el anuncio del Evangelio (que es siempre antiguo y siempre nuevo), en tanto contiene principios perennes en realidades históricas cambiantes.
Educar y evangelizar, evangelizar y educar, son dos tareas complementarias, que están dentro de la identidad de la Iglesia, que es “Madre y Maestra”. La exhortación: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creatura” (Marcos 16, 15), supone comprender y desarrollar las condiciones humanas para el anuncio y Encuentro con el Verbo Eterno.
Cristo revela al ser humano lo que éste es, y la grandeza de su vocación, dice el Concilio Vaticano II. Ofrecer al mundo la visión de quién es el ser humano, la historia, el cosmos y Dios, es nuestra tarea constitutiva. Lo anterior implica desarrollar lo humano para que sea “capaz de Dios”. Y estamos llamados a hacerlo en un acto de amor; es decir, en la lógica del don y la gratuidad, sin esperar nada a cambio, sin estar condicionados por la lógica del mundo.
Lo anterior, lo podemos atestiguar en la gran mayoría de experiencias de misión ad gentes, en donde la Iglesia y la escuela, la familia y los oficios, han caminado de la mano, en un servicio de humanización y evangelización.
La educación no sólo es un derecho humano, sino también un deber de humanidad. La Iglesia, en el ejercicio de la libertad religiosa, con plena conciencia de los desafíos y las circunstancias históricas, dentro de un Estado Laico, busca fortalecer constantemente su servicio al mundo, a la cultura.
Exhortamos a todos los agentes de pastoral a esforzarse por educar y evangelizar a los hombres hoy. Sugerimos meditar ampliamente el documento del Episcopado del Mexicano Educar para una nueva sociedad, que durante 10 años ha iluminado nuestro servicio educativo y que tiene plena vigencia. También le sugerimos encarecidamente revisar el Mensaje de los Obispos de México frente al nuevo ciclo escolar: Prioricemos el fortalecimiento de cada comunidad educativa, en beneficio de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Reforzamos además la invitación del Papa Francisco en esta semana durante la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal, para estudiar a fondo el Pacto Educativo Global, y los siete principios que establecen su arquitectura, desde el cuidado de la casa común, la plena participación de las mujeres, y la necesidad de encontrar nuevos modos de entender la economía, la política, el desarrollo y el progreso.