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COLUMNA

Columna invitada

La Iglesia y los medios de comunicación

Con esta pandemia, nuevas páginas se escriben en la historia de las comunicaciones al servicio de la palabra de Dios y de la Iglesia.

24 mayo, 2020
La Iglesia y los medios de comunicación
Transmisión de una Misa por internet. Foto: AP
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Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio. 

Este 2020, los medios de comunicación han sido aprovechados oportuna y responsablemente por la Iglesia, tanto en Roma como en todas las distintas diócesis del mundo, según sus posibilidades, durante esta pandemia que ha confinado a millones de fieles en sus hogares, de modo que, al no celebrarse Misas y otras ceremonias en los templos, contribuyen a difundir la palabra de Dios y ayuda a la Iglesia en sus tareas para que ésta llegue a millones de fieles.

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De manera providencial, este 24 de mayo la Iglesia celebra la 54 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales con el lema: “para que puedas contar y grabar en la memoria: La vida se hace historia”, cita tomada del libro del Éxodo (10, 2). El Papa Francisco, en su mensaje señaló que el hombre es un ser narrador, que tenemos hambre de historias como tenemos hambre de alimentos, y en este sentido, los medios han ayudado a difundir y a preservar historias.

Los medios multiplican los mensajes hasta alcanzar millones de receptores. No era igual en tiempos de Jesús. El Evangelio de Mateo (14; 13-21) dice que cuando Jesús multiplicó 5 panes y dos peces, comieron 5 mil hombres sin contar a las mujeres y a los niños; y el libro de los Hechos (2; 41) cuenta que el día de Pentecostés, Pedro habló a la multitud y que ese día se agregaron a los creyentes unas 3 mil personas. Ninguno de los apóstoles habló a millones de personas simultáneamente, y así, de poco a poco, el cristianismo se ha difundido por el mundo.

San Pablo que hizo largos recorridos a través de Asia y Europa, y habló a “mucha gente” pero siempre fueron grupos reducidos, como ocurrió en el Areópago de Atenas, donde hombres ilustres se reunían en Consejo, y en donde después de hablar el Apóstol de los Gentiles, solo hubo dos conversiones seguras: Dionisio y Damaris, como refiere el Libro de los Hechos.

Durante la Edad Media, los monasterios fueron donde se conservaban manuscritos pero mucha gente no tenía acceso a ellos, entre otras cosas, porque eran analfabetas. La historia dio un vuelco con la imprenta de Gutenberg cuyos primeros ejemplares aparecieron hacia 1454; aun así, solo se produjeron 180 ejemplares.

Los avances de la ciencia y la tecnología han sido aprovechados por la Iglesia en distintos momentos. Por ejemplo, Galileo sintió la necesidad de apuntar el telescopio hacia el cielo y hoy el Vaticano cuenta con un centro astronómico importante, que fue enriquecido por el Papa León XIII, y que hoy cuenta con una segunda sede en la Universidad de Arizona.

La fotografía ayudó a conocer en el mundo la imagen de los Papas o los lugares sagrados, y a preservar una memoria histórica, que es uno de los objetivos que el Papa Francisco destaca en su discurso. Desde las primeras placas que tomó Niepce de 1841, durante el pontificado de Gregorio XVI (1831-1846); los posteriores trabajos de Georges Eastman y los de Gabriel Lippmann de 1891 con las primeras fotos a color, que fueron aprovechadas tanto por la prensa como en libros, y esto ayudó a la evangelización de los pueblos. Ya los Papas León XIII (1878-1903) y Pío X, electo en 1903, fueron retratados aun cuando era niño y sus fotos fueron conocidas en varias partes del mundo.

Igualmente, el cine, ayudó a difundir la actividad de la Iglesia y por ejemplo León XIII fue el primer pontífice que fue filmado en blanco y negro paseando en los jardines vaticanos.

El telégrafo se debe a Samuel Morse quien lo dio a conocer en febrero de 1838, aunque su auge inicio hacia 1920, en tiempos de Benedicto XV y luego de Pío XI. Cuando surgió el Estado Vaticano mediante el Tratado de Letras de 1929, contaba con servicios de correos, telégrafo y radio-telegrafía.

El teléfono acortó distancias entre quien habla y escucha, y esto comenzó a ser una realidad a partir de 1876, cuando Graham Bell patentó su invento en Estados Unidos, no obstante, el legítimo inventor fue el italiano Antonio Meucci que lo dio a conocer en 1860, pero como carecía de recursos financieros, no pasó de ser una curiosidad. Por aquellos años gobernaba la Iglesia Pío IX (1846-1878).

Radio Vaticana fue inaugurada por Pío XI el 12 de febrero de 1931, y fue el propio Guillermo Marconi quien montó la estación, y durante la II Guerra Mundial siguió operando a pesar de la ocupación Nazi y denunció el exterminio de judíos. A la fecha transmite en varios idiomas.

El Centro Televisivo Vaticano fue creado por Juan Pablo II en 1983, y en 2014 Vatican Media estrenó su página web y su canal en YouTube. Desde 2014, Vatican Media emite también en directo tres canales internacionales para su emisión vía satélite en español inglés e italiano, y transmite todos los eventos católicos relevantes, las audiencias generales y los viajes del Santo Padre.

Con esta pandemia, nuevas páginas se escriben en la historia de las comunicaciones al servicio de la palabra de Dios y de la Iglesia, y los protagonistas se cuentan por miles en todo el mundo.


Autor

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.