Iglesia Católica lamenta la despenalización del aborto en el Estado de México

Leer más
COLUMNA

Columna invitada

¿Cómo proteger de los incendios nuestros bienes históricos?

Más vale prevenir que lamentar; no hay que tapar el pozo después del niño ahogado. Y el uso de retardantes en los bienes históricos es fundamental.

12 marzo, 2021
¿Cómo proteger de los incendios nuestros bienes históricos?
Pbro. Salvador Barba.
POR:
Autor

Es sacerdote diocesano y director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México. Actual párroco en la iglesia de San Pío Décimo en la Ciudad de México. 

Una de las principales causas de la pérdida de bienes históricos son los incendios, que en la construcción, no se toman mucho en cuenta.

Muchos bienes se han perdido irreparablemente por causa del fuego. No hay una prevención adecuada contra incendios, pero lo que sí hay son: omisiones, descuidos y vandalismo (la Catedral de México y muchos monumentos más siguen siendo atacados y dañados).

Mucho patrimonio histórico y artístico ha desaparecido por los incendios, pues debido a las infraestructuras, no es fácil controlar el fuego. Debemos tener extintores a la mano, con químicos adecuados y vigentes.

Otras causas de incendio son las instalaciones eléctricas dañadas y sin mantenimiento, quizás esto sea lo más grave y común. Instalaciones mal puestas y ancladas en las maderas de retablos y nichos de los santos. Y el uso indiscriminado de veladoras; por eso es importante ser muy precavidos en el lugar donde deben encenderse.

Existen ya compuestos químicos muy especializados aplicados a los muebles, que actúan como retardantes al fuego, limitan y retrasan la ignición, y ayudan a extinguir la fuente de calor; los retardantes al fuego no dañan la madera, incluso, la conservan.

Hay bienes muebles preservados, muy pocos en México. Es necesario el uso de retardantes, después de una buena limpieza, pues se deben aplicar sin polvo. Más vale prevenir que lamentar; no hay que tapar el pozo después del niño ahogado. El retardante es lo último que se debe de hacer, siempre en el reverso de los bienes muebles.

En las nuevas edificaciones se utilizan maderas preciosas que son muy apropiadas, pues las maderas corrientes, ocultas en retablos, pueden provocar problemas y daños.

Hay mucho qué hacer en la prevención y atención de incendios; faltan hidrantes cerca los monumentos históricos, y esto los pone en la indefensión. Podemos comenzar con los retablos y bienes muebles históricos, pero faltan especialistas, dinero e interés consciente. Además, no hay monitoreo y no hay dictámenes de los retablos.

Por otro lado, no hay que usar aceites comerciales en los muebles antiguos, pues generan deterioro. Se requieren aceites compatibles con  las maderas de los bienes, aceites esenciales. Otra vez la asesoría de la Coordinación de Conservación del INAH es importante para saber hidratar las maderas. ¡Cuidado con las recetas mágicas! Empecemos a realizar acciones concretas.

El P. Salvador Barba es el enlace para la Reconstrucción de los Templos de la Arquidiócesis Primada de México y Director de la Dimensión de Bienes Culturales de la misma Arquidiócesis.

¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx  o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775

 


Autor

Es sacerdote diocesano y director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México. Actual párroco en la iglesia de San Pío Décimo en la Ciudad de México.