¿Me vale la Misa si sólo llego a comulgar?
Si eres de los que suele llegar sólo a comulgar, y te preguntas: '¿me vale la Misa?', debes tomar en cuenta las siguientes consideraciones.
Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.
Aficionados al futbol llegan a la final del Mundial, pero esperan a entrar hasta el medio tiempo.
Fans de Taylor Swift van a su concierto, pero dejan pasar 3 canciones antes de entrar.
Una señora verá su telenovela favorita, pero espera a prender la tele casi al final.
¿Es esto posible? Alguien dirá: ‘naaa, no hay quien no quiera aprovechar desde el principio, al máximo, algo que espera disfrutar.’
Y tendrá razón, en lo que toca a partidos y shows, pero desgraciadamente no con relación al encuentro con Dios. Prueba de ello: la gente que llega tarde a Misa.
Si es por una causa grave, pasa, pero suele deberse a no darle importancia.
¡No sabe lo que se pierde!
Quien llega después de empezada la Misa perdió la oportunidad de platicar antes con el Señor y con María.
Quien llega después del Acto penitencial ya no recibió el perdón de sus pecados veniales, entró ‘chamagosito’ a Misa.
Quien llega después de las Lecturas ya no oyó lo que Dios quería decirle.
Quien llega después de la Consagración no estuvo ahí cuando Jesús se hizo Presente en el altar.
A quien llega sólo a comulgar, y todavía pregunta: ‘¿me vale la Misa?’, cabe responderle: sí, le ‘vale’, pero en el sentido de que no le importa.
Si hay serio motivo para faltar (como estar o cuidar enfermo) no le obliga la Misa, pero para todos los demás el mandamiento de la Iglesia es asistir a Misa completa.
No cumple el precepto quien se salta partes como si no importaran.
Preguntar qué tan tarde puede llegar, es ignorar que no va a un sitio cualquiera, sino a la casa de Dios, que le ama y que le espera.
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