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“No existe el aborto seguro, la mujer siempre está en grave riesgo”: médico especialista

Juan Carlos Balcázar asegura que, a diez años de la legalización del aborto, ha aumentado el número de muertes maternas por esta causa.   Vladimir Alcántara Durante el año 2016 –según información revelada recientemente por un diario de circulación nacional–, la mala calidad de las patillas abortivas “Zacafemyl”, que se suministraron en clínicas de la […]

  • Juan Carlos Balcázar asegura que, a diez años de la legalización del aborto, ha aumentado el número de muertes maternas por esta causa.

 

Vladimir Alcántara

Durante el año 2016 –según información revelada recientemente por un diario de circulación nacional–, la mala calidad de las patillas abortivas “Zacafemyl”, que se suministraron en clínicas de la Ciudad de México, provocó graves problemas de salud en al menos 245 mujeres, situación que llevó a las autoridades capitalinas a emplear en 2017 el tipo de medicamento anterior, “Mefaprix”, con el fin de controlar este problema de salud pública en personas que deciden abortar. Sin embargo, de acuerdo con el doctor Juan Carlos Balcázar, miembro de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, es una falsedad que las complicaciones de salud relacionadas con el aborto hayan quedado atrás, como lo aseguró en entrevista para Desde la fe.

Explicó que las pastillas anteriormente citadas son el nombre comercial de medicamentos que se vienen utilizando desde los años sesenta para llevar a cabo esta práctica conocida ahora como Interrupción legal del embarazo: la mifepristona y el misoprostol; el primero inhibe la hormona que sostiene al producto durante las primeras doce semanas, y el segundo ocasiona una serie de contracciones para desprender el saco gestacional, además de que rompe vasos y forma un coágulo sanguíneo que expulsa total o parcialmente el producto. “Aquí se halla el primer riesgo –señaló–, pues es imposible controlar el nivel de sangrado que presentarán las pacientes. Como ginecólogos, no podemos mentir a la sociedad diciéndole que hay un método de aborto seguro. Yo, como parte del Equipo de Respuesta Inmediata en Obstetricia, puedo afirmar que hemos tenido muchas pacientes llegan en estado de shock debido a la pérdida abrupta de sangre, y otras que incluso han estado en Terapia Intensiva; esos sangrados, conocidos como choques hipovolémicos, pueden originar daños renales o cardiacos”.

Juan Carlos Balcázar expresó que en el Equipo de Respuesta Inmediata, una de las tareas más frecuentes es parar las hemorragias que muchas mujeres presentan tras haberse sometido a un aborto. “Si se puede salvar el útero, lo hacemos. En muchas ocasiones tenemos que retirarles la matriz por las perforaciones que se les hacen. Otras veces presentan reacciones adversas a los medicamentos, llamadas choques anafilácticos, que obviamente son más graves en la medida en que el embarazo avanza”.     

Externó que muchas personas tienen la idea de que con la legalización del aborto ya no habrá muertes maternas, lo cual es algo completamente equivocado. “El Early Institute elaboró un estudio en el que arroja datos contundentes, como que a nivel mundial la cuarta causa de muerte materna es el aborto; por país, el promedio de muertes maternas por esta causa es de 6 a 9 por ciento; en México antes teníamos una tasa de 9.2, que con 10 años de aborto legal aumento a 10.7; es decir, creció 1.7 puntos porcentuales, lo cual da como resultado un numero altísimo de mujeres víctimas de esta práctica”.

¡Que quede claro –expresó–, la legalización del aborto no va a evitar complicaciones de salud! “La gente cree que el aborto ilegal es hacerlo en una casa, bajo condiciones de salud insalubres, introduciendo un tenedor o un gancho para ropa. No es así. Los abortos ilegales se llevan a cabo en clínicas particulares, en hospitales, con el equipo médico necesario. Después los ginecólogos abortistas cambian el diagnóstico, dicen que el bebé ya no estaba vivo, que no se formó o cualquier otra cosa, sabiendo que nadie corrobora la información. A eso alude el concepto de aborto ilegal, no a que se realice en espacios sucios y con instrumentos infectados”.

En cuanto al drama psicológico que experimentan las mujeres que deciden abortar, señaló que está comprobado que el aborto puede inducir a un síndrome de depresión, en muchos casos de carácter hormonal, por una baja respuesta de los estrógenos; pero en muchos otros por el sentimiento de culpa. “Además, existe una gran cantidad de mujeres que no desean abortar, pero son obligadas a hacerlo, ya sea por el novio o por otras personas, y en ellas suele ser mucho más fuerte el síndrome de depresión post aborto. También hay quienes, después de abortar, ya no pueden embarazarse, y sufren de por vida por esa mala decisión que tomaron. Está comprobado que las mujeres que abortan tienen más altos índices de depresión, y estos a su vez incrementan las posibilidades de que cometan suicidio, o bien, que atenten contra su cuerpo por el cargo de conciencia”.

Juan Carlos Balcázar señaló que los grupos abortistas se han empeñado en negar la existencia de la vida antes de las doce semanas de gestación, con argumentos muy pobres, sin ninguna validez científica, como el hecho de que en esa etapa el producto no siente dolor. “Le dan todo el sentido de la vida al desarrollo de una corteza cerebral con la que se puede registrar el dolor, cuando sabemos que a la quinta o sexta semana ya está el latido cardiaco. Bajo su lógica, yo podría tomar a una persona, someterla a un proceso de inconciencia por medio de una anestesia, asesinarla, descuartizarla, y luego argumentar ante la justicia que como no sintió no fue un asesinato”. Yo pregunto: ¿si una persona no siente, ya no se le considera un ser vivo?”.

La vida empieza desde el momento en que hay una fecundación –aseveró–, desde el momento que los 23 cromosomas de la madre y los 23 cromosomas del padre se unen y empiezan a formar un solo ADN, como lo demuestra un artículo publicado por el Colegio de Pediatría, uno de los colegios más respetados de todo el mundo. “Desde ese instante, el bebé empieza a desarrollarse en sus diferentes etapas de vida; es decir, el embrión es una etapa en la vida del ser humano. Es una falsedad decir que hasta que tiene más de doce semanas ya es un ser vivo; se me hace absurdo pensar que a las 11.6 semanas el embrión es sólo un montón de células, y al día siguiente ya es un ser vivo”, finalizo.