“La Pastoral Juvenil no es para tener quién cargue sillas, sino para impulsar vocaciones”
El Card. Carlos Aguiar Retes continúa con sus visitas de reconocimiento a las ocho zonas pastorales en que está dividida la Arquidiócesis; este martes tocó el turno a la VII Vicaría Episcopal “San Pablo Apóstol”.
El Arzobispo Primado de México, Card. Carlos Aguiar Retes, se reunió este martes 24 de abril con el presbiterio de la VII Vicaría “San Pablo Apóstol”, como parte de las visitas de reconocimiento que ha venido realizando desde febrero pasado por las distintas zonas pastorales de la Arquidiócesis Primada de México.
El acto oficial de bienvenida a esta zona pastoral estuvo a cargo del Obispo Auxiliar, Mons. Jesús Antonio Lerma Nolasco, quien en primer lugar felicitó al Card. Aguiar Retes por su 45 aniversario de ordenación sacerdotal.
Lego de ser contextualizado acerca de las condiciones socioeconómicas del territorio vicarial y la estructura de la Iglesia en esta zona, el Card. Aguiar Retes sostuvo un diálogo abierto con los sacerdotes, quienes le plantearon algunas inquietudes, como la complejidad de un territorio pastoral tan diverso y de tan enormes dimensiones; la desproporción existente entre el número de pobladores y el de sacerdotes en la vicaría, y la falta de vocaciones.
Sobre la complejidad y magnitud del territorio vicarial, el Arzobispo de México aceptó no tener un conocimiento tan a fondo de la zona como los presbíteros que se han internado en situaciones concretas de la delegación Iztapalapa, o como los que han vivido en ella, lo que hace necesario desarrollar instancias de consulta para la toma de decisiones.
“La realidad de la Vicaría VII, en términos generales, uno la puede ubicar como una de las zonas geográficas más populares de la Ciudad de México, con tradiciones como las de los pueblos originarios y sus mayordomías, con diversas problemáticas sociales, con mucho comercio informal; realidades que hay que considerar, por lo cual se hace muy necesario hacer uso de las estructuras de la Iglesia”, dijo.
En cuanto a la desproporción entre la densidad poblacional de la vicaría y el reducido número de sacerdotes, señaló que en América Latina la Iglesia se ha acostumbrado a no aumentar el número de sacerdotes, sino que simplemente se consuela con que haya los suficientes para el relevo. En este sentido, señaló que son los sacerdotes quienes deben “mover” las vocaciones; “¿cómo?, pues tomando en cuenta que los jóvenes de hoy viven en un mundo digital, y nosotros no. Esto hace necesario tenerlos cercanos a nosotros, para que de ellos puedan salir vocaciones, así como jóvenes capaces de transformar la cultura con los valores del Evangelio”.
Explicó que es necesario tener a los niños en la Iglesia desde pequeños, a través de la Catequesis Infantil, misma que se encuentra en un proceso de renovación, no sólo a nivel de la Arquidiócesis de México, sino de toda la Provincia Eclesial.
“Se trata de un acompañamiento en donde el niño puada hacer de su parroquia su casa. Que no sólo sea monaguillo. El monaguillo no funciona tan bien si no va acompañado de la Catequesis. Si las cosas litúrgicas las ampliamos al proceso de la infancia de los niños y de las niñas, entonces tendremos vocaciones”.
En ese sentido, el Arzobispo de México también dejó en claro que la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional deben ir juntas. “¿Para qué queremos una Pastoral Juvenil? ¿Para tener un coro? ¿Para tener jóvenes que nos ayuden a cargar sillas? No. Yo estoy convencido que la Pastoral Juvenil debe estar más relacionada con las vocaciones. Los documentos de la Iglesia señalan que el tiempo más oportuno para el discernimiento vocacional es la juventud”.
Luego de su reunión con el presbiterio de la VII Vicaría, el Arzobispo de México tuvo un encuentro con religiosas y fieles laicos de la Arquidiócesis, a quienes agradeció su trabajo en actividades específicas, de acuerdo con sus carismas y aptitudes. Dijo que las dimensiones de la Arquidiócesis de México son gigantescas, como también lo son sus problemas y potencialidades. “Hoy estoy como un niño que empieza a tomar conciencia de lo que es la vida y sus desafíos; aunque ya tengo 21 años de obispo, y 45 de sacerdote, voy apenas adentrándome en lo que esto representa. Y tener encuentros como el de hoy, me ayudan a entenderlo. Yo veo en sus rostros alegría, disposición y una gran paz”.
Al término de la reunión con la comunidad de la VII Vicaría, el Card. Aguiar Retes presidió una Santa Eucaristía, en cuya homilía llamó a la comunidad a descubrir la mano de Dios en todo lo que se hace. “En el Evangelio, Jesús fue interpelado duramente, le preguntaron: ‘¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso?’ Así queremos a veces que se nos den las respuestas: si eres Arzobispo, ¿qué vas a hacer?… Pero Jesús les contesta: “La obra de mi Padre”.