Paragraph

SUSCRIBIRSE

¿Por qué tú podrías ser el remedio para una persona enferma?

13 febrero, 2022
¿Por qué tú podrías ser el remedio para una persona enferma?
Angelus Dominical.

SU EPICENTRO FUE EL 11 de febrero y con tal motivo se desplegó una campaña de oración, de sensibilización, de catequesis y actividades diversas de acompañamiento y asistencia en torno a la Jornada Mundial del Enfermo, cuyo lema fue “Estar al lado de los que sufren en un camino de caridad”, y que tuvo como fondo un pasaje del evangelio de San Lucas (6, 36)…

¡QUÉ ALEGRÍA CUANDO nos ponemos de fiesta y pachanga!, los motivos para el jolgorio sobran y los pretextos más; si acaso fuimos los festejados tendremos la sensación de ser el ombligo del mundo y el destino de todos los regalos, pero cuando estamos enfermos aunque nos tengan toda la atención y la paciencia parecería que estamos al borde de un precipicio…

¡CON QUÉ GUSTO y presteza decimos que sí a un viaje, una excursión, a irnos de pinta o a descolgarnos en el “puente” aquí cerquita, a la playa, al menos!, y somos capaces de olvidarnos de la maleta, de irnos de pata de perro aunque no tengamos seguro el boleto de regreso, aunque se haga necesario poner pausa a responsabilidades, pero cuando estamos enfermos no queremos ni que nos muevan al patio a tomar algo de sol…

LA EMOCIÓN Y EL INTERÉS afloran cuando nos ofrecen el super-alimento que no engorda y disque nos nutre, o cuando nos venden los tenis, la chamarra, el perfume que tanto anhelamos y que ahora ¡está en oferta!, pero cuando estamos enfermos más bien prevalece el asco y la falta de apetito, y sabemos que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”…

YO CREO QUE EN NINGUNA otra ocasión nos sentimos tan profunda y realmente humanos que cuando experimentamos el dolor y la fragilidad, o cuando decidimos ofrecer la ayuda y consuelo a los que sufren, ya sea la enfermedad, el destierro, la guerra, el hambre, pues todas estas situaciones nos vuelven a poner con los pies en la tierra y nos invitan a dirigir los ojos al cielo…

HACE VEINTE AÑOS (¡y todavía me acuerdo!) sufrí una contractura muscular en las vértebras lumbares (¡ahhh!) que me tumbó y me dejó inválido por algunos días; cuando llegó la gentil y bella terapeuta a darme sus cuidados y su consuelo, luego de saludarme me preguntó afirmando: ¿Así que estás muy mal?, y yo le respondí: Solo la mitad, pues ya llegaste tú…

TÓMAME POR LOCO –ya que no soy médico ni enfermero- pero afirma conmigo que la mitad de la salud ya está en quien nos asiste con cuidado y ternura, con paciencia y cariño, con la debida instrucción o –al menos- con el prudente cuidado…

NO TE HAGAS EL LOCO y cuando tengas cerca un enfermo o alguien que está sumamente necesitado, ten en cuenta que tú eres parte importante de su salud y remedio, que si Dios te ha dado estar un poco mejor no es para que te alejes con indiferencia o lo ignores con soberbia, sino para que te hagas más humano de lo que ya eres…

MUCHO SE EQUIVOCA –ya sea católico de a pie o motorizado teólogo- quien diga y afirme que Jesús se hizo hombre y nació de María Virgen allá en el portal de Belén; afirmemos que se siguió haciendo hombre y siguió naciendo de su Dulce y Santa Madre cada que tocó a un enfermo, cada que consoló a las viudas y cuando remedio la necesidad de quien fuera…

LAS TEORÍAS EVOLUTIVAS también se equivocan cuando ven al ser humano sólo como resultado de un proceso biológico o cuando lo consideran un producto ya acabado y adaptado a su entorno, a quien le basta nacer, crecer, comer, producir-producir-producir, reproducirse, pasear y morir; ¡es parte cruxial de nuestro proceso humano mostrar un corazón misericordioso y fraterno!…



¡HEY!, ¿POR QUÉ ESCRIBÍ “cruxial”, en lugar de “crucial”?; si, al inicio lo vio como un dedazo pero decido dejarlo así por dos razones: 1) el lenguaje también evoluciona y 2) el término me recuerda a la Cruz de Jesús, en donde tuvo los pies bien clavados (así dicen unos versos) para esperarnos siempre y los brazos abiertos para recibirnos a todos…

SIGUE TOMÁNDOME por loco que sólo así entenderás lo siguiente: Jesús siguió haciendo hombre –encarnándose- y naciendo de su Dulce y Santa Madre cuando llegó el momento de su resurrección, pues como si el sepulcro hubiera sido un segundo vientre y su descanso la gestación, resucitó glorioso venciendo el pecado y la muerte, dejando atrás todo dolor y sufrimiento, llevándonos y dándonos a luz para la vida que no tiene fin (lo que si tiene fin es esta columna y aquí se acabó)…

 

[email protected]

El padre Eduardo Lozano es sacerdote de la Arquidiócesis Primada de México.

 

Más de este autor: La enfermedad puede ser ocasión para crecer en salud

 





Tik Tok

Tik Tok
Tik Tok
Tik Tok

NEWSLETTER

Recibe nuestro boletín semanal