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La imagen
En la visión que tuvo santa Margarita, el corazón de Jesús estaba rodeado de llamas, coro- nado de espinas, con una herida abierta de la que brotaba sangre, y del interior emergía una cruz.
La Cruz
Jesús la aceptó por amor a nosotros, y nos invita también a cargar nuestra cruz de cada día con amor.
El fuego
Nos recuerda que Él anhela hacer arder nuestro corazón para seguir el deseo ardiente de amarlo y servirlo siempre.
La corona
de espinas
Nos recuerda que siendo el Rey del Universo, aceptó con mansedumbre ser coronado de espinas durante Su Pasión.
El Corazón
No es solamente un órgano;
representa la totalidad de la persona de Jesús, Su amor por nosotros.
“Señor Jesús, haz que mi corazón sea cada vez más semejante al tuyo”.
EL PAPA FRANCISCO HA DICHO QUE LE GUSTA REPETIR ESTA JACULATORIA.
                   




















































































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