Page 27 - Impreso
P. 27

 domingo 10 de abril de 2022
L’OSSERVATORE ROMANO
página 5
  “Me avergoncé -dijo Francisco en días pasados- cuando leí que un grupo de Estados se había compro- metido a gastar el 2% de su PIB en la compra de armas, como respues- ta a lo que está ocurriendo ahora.
¡La locura! La verdadera res- puesta no es más armas, más san- ciones, más alianzas político-milita- res, sino un enfoque diferente, una forma diferente de gobernar el mundo ahora globalizado -no en- señando los dientes, como ahora-, una forma diferente de establecer relaciones internacionales. El mo- delo del cuidado ya está en mar- cha, gracias a Dios, pero desgracia- damente sigue sometido al del po- der económico-tecnocrático-mili- tar”.
El no a la guerra de Francisco, un no radical y convencido, no tiene nada que ver con la así llamada neutralidad ni puede presentarse como una posición partidista o motivada por cálculos político-di- plomáticos.
En esta guerra están los agreso- res y están los agredidos. Están los que atacaron e invadieron, matan- do a civiles indefensos, disfrazando
hipócritamente el conflicto bajo la apariencia de una “operación mili- tar especial”; y están los que se de- fienden enérgicamente combatien- do por su propia tierra.
El Sucesor de Pedro lo ha dicho varias veces con palabras muy cla- ras, condenando sin peros la inva- sión y el martirio de Ucrania que lleva más de un mes.
Esto no significa, sin embargo, que “bendiga” la aceleración de la carrera armamentística, ya iniciada hace tiempo, dado que los países europeos han aumentado su gasto militar en un 24,5% desde 2016: porque el Papa no es el “capellán de Occidente” y porque repite que hoy estar en el lado correcto de la historia significa estar en contra de la guerra y buscar la paz, sin dejar nada sin intentar.
Ciertamente, el Catecismo de la Iglesia Católica contempla el dere- cho a la legítima defensa. Sin em- bargo, establece condiciones, espe- cificando que el recurso a las armas no debe causar un mal y un desor- den mayores que el mal que se quiere eliminar, y señala que en la evaluación de esta condición tiene
un peso muy grande la potencia de los medios modernos de destrucción.
¿Quién puede negar que la humanidad está hoy al borde del abismo precisamente por la esca- lada de conflictos y el po- der de los medios moder- nos de destrucción?
“La guerra -dijo ayer el Papa Francisco en el Án- gelus- no puede ser algo inevitable: ¡no debemos acostumbrarnos a la gue- rra! Más bien debemos convertir la indignación de hoy en el compromiso de mañana.
Porque, si de esta situa- ción salimos como antes, de alguna manera todos
seremos culpables. Frente al perio- do de autodestruirse, la humani- dad comprenda que ha llegado el momento de abolir la guerra, de cancelarla de la historia del hom- bre antes de que sea ella quien cancele al hombre de la historia”. Por lo tanto, es necesario tomar en serio el grito, el reiterado llama- miento del Papa: es una invitación dirigida precisamente a los políti- cos para que reflexionen sobre es- to, para que se comprometan con esto.
Se necesita una política fuerte y una diplomacia creativa, para per- seguir la paz, para no dejar nada sin intentar, para detener la vorági- ne perversa que en pocas semanas está apagando la esperanza de una transición ecológica, está dando nuevas energías al gran negocio del comercio y el tráfico de ar- mas.
Un viento de guerra que hace retroceder las agujas del reloj de la historia y nos sumerge de nuevo en una época que esperábamos archi- vada definitivamente tras la caída del Muro de Berlín.

















































































   25   26   27   28   29