05 de noviembre: la Iglesia celebra a Santa Ángela de la Cruz
Santa Ángela de la Cruz fundó el Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, que se distinguió en su servicio a Dios a través de los pobres.
En una sociedad marcada por la pobreza y las diferencias sociales, Santa Ángela de la Cruz fue un testimonio luminoso de humildad, servicio y entrega total a Dios, ella descubrió en la Cruz de Cristo su morada, su fuerza y su misión.
Desde su juventud, sintió el llamado a consolar a los más necesitados, no desde la abundancia, sino desde la pobreza compartida. Su ejemplo nos recuerda que el verdadero amor cristiano se demuestra en los gestos sencillos y en el sacrificio silencioso por los demás.
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Vida de Santa Ángela de la Cruz
Ángela Guerrero González nació en Sevilla el 30 de enero de 1846, en el seno de una familia católica piadosa y numerosa. En sus padres encontró el ejemplo para alimentar y fortalecer su espiritualidad, pues solía rezar el rosario junto a su padre, y su madre se prestaba a ser madrina de los niños del barrio que lo necesitaban.
A su corta edad, tuvo que dejar los estudios para trabajar como obrera en un taller de zapatería. Su pobreza no le impidió, desde niña y adolescente, compartir con los pobres los pocos bienes que tenía, y solía repartir mantas para el frío en los hogares más desfavorecidos.
En 1865, se acercó a las puertas del convento del Carmelo para ser admitida, pero le negaron la admisión al no contar con la suficiente salud para soportar la vida austera de la Orden. Luego, en 1868 lo intentó nuevamente pero con las Hijas de la Caridad del hospital central de Sevilla, pero por su salud no pudo perseverar en esta congregación.
Cuando cumplió 25 años, en 1871, al sentirse como una “monja sin convento”, hizo un acto privado, prometiendo al Señor vivir según los consejos evangélicos, bajo la obediencia de su director espiritual.
Su experiencia de oración estuvo marcada por la visión que tuvo de una cruz vacía frente a la de Cristo crucificado, recibiendo la inspiración de inmolarse junto a Él, por la salvación de las almas. Tras esa experiencia espiritual, esclareció el horizonte de su vida y, por consejo de su director, el padre Torres, comenzó a escribir un diario espiritual en el que detalló la creación de una compañía y el estilo de vida de sus hijas.
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Creación del Instituto
En 1875, Ángela fundó el Instituto de Hermanas de la Compañía De la Cruz, distinguiéndose por el servicio a Dios en los hermanos más pobres, bajo el lema “haciéndose pobre con el pobre para llevarlo a Cristo” y el cual le acompañó toda su vida, fundamentando la espiritualidad y misión de la Compañía De la Cruz.
Son Ángela se entrevistó con el Papa León XIII en 1894, quien le concedió el decreto inicial para la aprobación de la Compañía, que San Pío X firmaría en 1904.
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Madre de los pobres
Con el paso del tiempo, a Ángela se le empezó a conocer como “madre de los pobres”, despreciando toda gloria humana y buscando total humillación, sirviendo con cuerpo y alma a los más necesitados.
También escribió Papeles íntimos, páginas con una profundidad espiritual a pesar de tratarse de una mujer iletrada (incluso con faltas ortográficas), pero con una identidad cristiana y eclesial admirable.
Ángela falleció en Sevilla a los 86 años, después de padecer sufrimientos corporales ocasionados por una trombosis cerebral. Fue beatificada el 5 de noviembre de 1982 y canonizada el 2 de marzo de 1932 por San Juan Palo II.
Santa Ángela de la Cruz nos enseña que el camino hacia la santidad pasa por la humildad, la compasión y el servicio alegre a los hermanos más pobres. Su lema —“haciéndose pobre con el pobre para llevarlo a Cristo”— sigue siendo una invitación actual para quienes desean vivir un cristianismo auténtico y comprometido.
Que su vida inspire a todos los que buscan transformar el mundo desde la sencillez del amor y la fortaleza de la fe.
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Frases célebres de Santa Ángela de la Cruz
- Yo conozco que no he empezado todavía este camino de sacrificio y que la víctima debe ser lo más hermoso del rebaño y yo soy una ovejita negra, la más negra del rebaño de su pastor.
- Sí; eso es lo que yo ambiciono, amor y más amor, santidad y más santidad, perfección y más perfección.
- La primera pobre, yo… Me consideraré interina en el cargo, desearé sentir los efectos de la pobreza y me alegraré cuando los sienta; estaré pronta para dar todo lo que haya en las casas, teniendo abandono total en Dios y en su Providencia.
- Mi corazón se multiplica para ser entero para cada uno de los pobres que se ven necesitados, y me ocupo de sus penas como mías.
- Hijas mías, nuestro país es la Cruz, que en la Cruz voluntariamente nos hemos establecido y fuera de la Cruz somos forasteras.


