30 de octubre: San Marcelo de León, el centurión que renunció al emperador para seguir a Cristo
El mártir que cambió su espada por la cruz: San Marcelo de León, testigo del poder de la fe sobre los honores del mundo.
San Marcelo de León fue un mártir del siglo VII que dejó atrás los privilegios de ser un soldado de Roma por seguir a su único y verdadero rey: Cristo.
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¿Quién fue San Marcelo de León?
Marcelo nació y pasó su vida en la Ciudad de León (territorio comprendido hoy en España) durante la segunda mitad del siglo III.
Al alcanzar la mayoría de edades convirtió en centurión de la VII Legión Gémina Pía Félix y se casó con Nonia, que más tarde también se volvería santa. Juntos tuvieron 12 hijos y se les recuerda como padres ejemplares que inculcaron la fe a su familia.
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Martirio
Aunque no se sabe información sobre como fue su conversión, la tradición recuerda el capítulo que lo volvió mártir de la verdadera fe.
Su historia se sitúa el 28 de julio del año 298, día del cumpleaños del emperador Valerio. En su honor, los centuriones y otros soldados realizaron una fiesta donde se encontraban presentes los excesos y sacrificios en honor a Valerio y a sus dioses.
Marcelo, incapaz de unirse a la celebración y teniendo a Jesús como único Rey y Señor, arrojó su espada y el sarmiento de vid (símbolo de su rango militar) declarándose cristiano y admitiendo que sólo iba a adorar a Dios del Cielo y la Tierra.
Sus superiores tomaron su declaración como una afrenta y llevaron su caso ante el prefecto Pretor Aurelio Agricolano, quien en ese entonces tenía la mayor autoridad sobre el territorio que hoy comprende España.
Agricolano condenó a Marcelo a morir decapitado por el crimen de traición.
San Marcelo murió mártir de Cristo el 29 de octubre de 298. Su memoria litúrgica se celebra el 30 de octubre. Sus reliquias se conservan en la Catedral de León, de donde es patrón.

